La conexión y el papel desempeñado por Sergio Massa se han convertido en elementos clave en este escenario de cambios turbulentos, como se ha informado en un artículo de Clarín.
Desde la fecha memorable del 18 de diciembre, cuando Messi alzó la Copa del Mundo, el fútbol argentino ha experimentado una serie de sucesos inusuales. Se han modificado las reglas del juego: se eliminó el tercer descenso en la Liga Profesional, reduciéndolo a solo dos descensos una vez que la competencia estaba en marcha. Asimismo, en la Primera Nacional se anuló el tercer descenso a la Primera B, generando cambios en las reglas incluso con el torneo finalizado, lo que llevó a equipos como Almagro y San Telmo a esperar un partido definitorio.
La Primera B aumentó de 17 a 22 equipos, una decisión cuestionada debido a la falta de coherencia numérica. En este contexto, la AFA decidió el ascenso de Liniers, quien había finalizado en el cuarto puesto y perdido en el “reducido” con Midland. Este hecho fue celebrado por Liniers en redes sociales, a pesar de no haber logrado tal mérito en el campo de juego.
En el ámbito del Federal A, tras la conclusión del torneo, se redujeron los descensos de 4 a 2, lo que derivó en un cuadrangular inédito entre los equipos ya considerados “descendidos”, para determinar finalmente los dos equipos que perderían su categoría.
Colón de Santa Fe ha expresado su protesta ante el Comité de Disciplina de la AFA, argumentando que las reglas fueron modificadas durante el curso de la competición. Aunque es probable que su solicitud sea rechazada, plantea una pregunta válida: si el destino de otros equipos fue alterado en despachos, ¿por qué no buscar lo mismo?
En la gestión de Claudio Tapia en la AFA, se observa una tendencia a sumar más equipos a las categorías de Ascenso, posiblemente con la finalidad de obtener más votos en las elecciones.
Los incidentes de insultos al presidente de la AFA durante la premiación a Estudiantes de La Plata por ganar la Copa Argentina no son aislados. La dirigencia de la AFA ha perdido credibilidad, y la percepción de que ciertos equipos son favorecidos por los arbitrajes se ha extendido, generando un clima de sospecha en torno al fútbol que se juega y a los árbitros que dirigen.
Es importante señalar que la final entre Rosario Central y Platense, así como el Trofeo de Campeones entre River y Central, se llevaron a cabo en Santiago del Estero durante diciembre, en medio de condiciones climáticas extremas. Pablo Toviggino, tesorero de la AFA y figura clave en la política, lo judicial y lo económico para Tapia, inició su carrera en esa provincia y su ascenso se atribuye en parte a Gerardo Zamora, gobernador santiagueño, y a Sergio Massa.
En colaboración con Tapia, Toviggino ejerce presión sobre aquellos que intentan realizar críticas. Jorge Brito, presidente de River, expresó su descontento con la organización de los torneos, recibiendo una respuesta contundente por parte de Toviggino. Verón, vicepresidente de Estudiantes, también señaló un deterioro en el fútbol en general, a lo que Toviggino respondió con igual dureza, cuestionando su falta de participación en la presentación de proyectos y su ausencia en momentos cruciales para la Selección.
Recientemente, Gonzalo Belloso, presidente de Central, agradeció a Tapia, Toviggino y Massa por su apoyo en la liberación de fondos en dólares, lo cual permitió al club saldar deudas y levantar inhibiciones financieras. Esta situación, en un contexto de restricción cambiaria en Argentina, genera cuestionamientos sobre la distribución discrecional de recursos, evidenciando una relación de reciprocidad entre actores políticos y clubes de fútbol.
El fútbol argentino ha experimentado una serie de cambios y controversias desde aquel 18 de diciembre, evidenciando una situación cada vez más complicada en el ámbito deportivo. Esto ha provocado preocupación y cuestionamientos sobre la transparencia y la equidad en el deporte nacional.