La famosa frase que dice que el dinero no hace la felicidad cada tanto ofrece ejemplos que la avalan. Como el caso de Matthew Mellon, el millonario que apostó por las criptomonedas y multiplicó su fortuna por 500. Lejos de disfrutar de su riqueza, murió consumido por las adicciones a los 54 años.
Nacido como Matthew Taylor Mellon II, el 28 de enero de 1964 en Nueva York, pasó una infancia rodeada de lujos en el seno de una acaudalada familia de banqueros.
Sin embargo, él no se conformó con el dinero proveniente del banco fundado por su abuelo y tuvo una extraordinaria visión para invertir en el negocio de las criptomonedas.
Así fue que adquirió la firma XRP en una jugada maestra que le permitió multiplicar por 500 su ya de por sí impresionante fortuna. “Elegí invertir en XRP porque operaba en el sistema bancario tradicional. Me di cuenta que eso iba a ser muy valorado por el público y aposté todo”, dijo el millonario en una entrevista para la revista Forbes.
Sin embargo, no todo lo que reluce es oro. Mellon llevaba años luchando contra las adicciones. Ya en 1998 había ingresado a Alcohólicos Anónimos, donde conoció a su primera esposa, Tamara, fundadora de la exclusiva marca de zapatos Jimmy Choo.
Considerada una gurú de la moda, Tamara tuvo una hija con Matthew, Araminta, pero se separó de él en 2003 por culpa de las drogas.
“Como yo había superado mi adicción al alcohol confié en que él también podía dejar atrás sus problemas, pero me equivoqué. Nunca pudo salir de las drogas”, confesó.
Tiempo después Mellon conoció a Nicole Hanley, quien sería su segunda esposa. Con ella tuvo a Force y Olimpia. Montaron una fiesta de casamiento a todo lujo en las Bahamas, en 2010, y lanzaron una línea de ropa.
La familia parecía feliz y los negocios seguían siendo prósperos, pero debajo de la superficie las drogas seguían destruyendo al magnate y el matrimonio se tornó insostenible: en 2015 la mujer le pidió el divorcio.
Mellon confesó que después de estar cuatro años “limpio” una lesión de surf lo llevó a consumir una droga recetada por los médicos, que lo hizo sucumbir en la peor de sus adicciones. “Debía tomar decenas de pastillas por día. El oxycontin es como la heroína legal y destruye vidas”, afirmó el multimillonario pocos meses antes de su muerte.
A partir de allí inició una búsqueda frenética de terapias que lo ayudaran a dejar atrás sus adicciones. “Él realmente quería mejorar, comer más y más sano”, afirmó Daniella Evangelista, quien trabajó como chef personal del millonario en su mansión de Los Ángeles.
El propio Mellon le había dicho a la prensa a principios de 2018 que estaba tratando de llevar “una vida responsable”.
Hasta que un amigo le habló de un tratamiento “mágico” que se ofrecía en México, de manera experimental. Se trataba de terapias a base de plantas con propiedades alucinatorias, algo que estaba prohibido en los Estados Unidos.
Murió de un infarto por tomar una bebida alucinógena
La clínica Clear Sky Recovery se especializa en un tratamiento con ibogaína, un producto medicinal hecho a base de plantas con propiedades psicodélicas. El producto se obtiene de un árbol de África occidental y luego de diversos procesos químicos se convierte en una medicina contra las adicciones.
Mellon viajó a Cancún para internarse en esa clínica en abril del 2018. Sin embargo, no llegó a ingresar.
Murió de un infarto en la habitación de un hotel, el día previo a su presentación en el centro médico. De acuerdo con las versiones, el multimillonario también estaba experimentando con ayahuasca, una bebida alucinógena, y murió después de tomarla el 16 de abril de 2018.