El próximo domingo 25 de febrero un boxeador argentino tratará de dar un paso en la búsqueda de un nuevo título pugilístico para nuestro país. Se trata del puntano Marcos Antonio Aumada que desde hace 45 días se entrena en el gimnasio de Brian Castaño en La Matanza. Lo espera el ucraniano Viktor Faust.
De vencer a su contrincante, lo espera una chance de título mundial en Estados Unidos. Mientras guantea a diario con Carlos Castaño, considerado uno de los mejores técnicos del mundo en la especialidad. Si el apellido suena conocido es porque es el papá de Brian, el pugilista que supo asombrar al universo del boxeo con su calidad.
En una entrevista con el periodista Pablo Galeano, Aumada remarcó que pese al tamaño de su rival, de 110 kilos de peso ““plata y miedo nunca tuve”. A los 37 años, lo suyo es perfil bajo pese a su metro 95 de estatura y los 105 kilos que pesa actualmente “todo de masa muscular”, aclara jocoso mientras señala que su apellido es Aumada “porque cuando mi viejo se fue a anotar le robaron la h, ja”.
“Para mí es un honor poder trabajar con ellos. La experiencia y el nivel de intensidad es muy alto. Sigo aprendiendo cosas después de las peleas profesionales que acumulo”, contó el púgil al explicar el hecho de que La familia Castaño le abrió sus puertas en La Matanza al ‘Flaco’ Aumada para acompañarlo en el enorme desafío que tiene por delante: le dio hasta una casa para que resida y sólo piense en prepararse para el combate. La pelea será a 8 rounds de 3 minutos cada uno.
“Yo creo que mi edad es la mejor para el boxeo, porque el cuerpo está maduro. He peleado hace poco con un chico de 23 años, al que se le notaba, más allá de la técnica, que tenía músculos en formación”, indicó Aumada que se ubica al tope del ranking argentino en su categoría y se define como “pegador” y “noqueador”. En el aspecto psicológico, nutricional y de suplementación cuenta en la orientación y respaldo de Cristian Quevedo.
“El viaje a Alemania lo enfrento de mi bolsillo, con algunas cosas que van pagas. Ya tengo la cantidad de peleas como profesional para haber disputado algún título mundial, que son 38, de las cuales gané 24 por nocaut. Pero por algunas chanchadas que me hicieron nunca salió la posibilidad, que es la que voy a buscar ahora”, remarcó Aumada.
Mientras se prepara para la primera parte del sueño del cinturón de campeón del mundo, en su San Luis natal lo esperan Silvana Sánchez, su esposa, quien embarazada y a punto de dar a luz lo alentó para que siga adelante, y de sus hijas Melani (12) y Sharon (10), a quienes hace 45 días que no ve. Manifestó que pelea por ellas, y que sus desafíos diarios son para enseñarles que nunca bajen los brazos. “Se me hace un nudo en la garganta cuando hablo de ellas”, indicó.
“Mucha gente critica a los boxeadores, pero no saben el sacrificio que hay detrás de cada historia”, señaló el boxeador Aumada, quien fue campeón argentino y latino y llegó a combatir en el emblemático Luna Park.
Marcos nació en San Luis el 28 de enero de 1987 y cuando tenía 10 años comenzó a guantear. Durante su vida enfrentó problemas personales graves, como la privación de libertad de su padre, algo que asegura que es un hecho que lo marcó para siempre. “Gracias a Dios yo nunca caí en nada raro y me mantengo con determinación y ambición”, concluyó.