(Corresponsalía Buenos Aires) – Javier Milei se enfrentó a una marcha que desafió su gobierno de manera histórica: una movilización sin precedentes para evitar el cierre de las universidades públicas. Más de un millón de personas, representando a la comunidad educativa, salieron a las calles en defensa de la educación superior y la enseñanza pública.
El centro de Buenos Aires y otras áreas del país se vieron inundados por una marea humana que se levantó en defensa de sus derechos. Esta movilización destacó la importancia de una de las pocas políticas de Estado que aún sobreviven en Argentina.
La organización de esta manifestación comenzó en las facultades, hogares y calles, con la participación de estudiantes, profesores, personal administrativo y también personas ajenas a la comunidad universitaria. La educación pública nos une a todos, ya que sirve como un punto de encuentro con la comunidad y trasciende las fronteras de la vida académica.
Por eso, la presencia de sindicatos y las Madres de Plaza de Mayo fue significativa. La vitalidad y el compromiso con esta causa se reflejaron en la abrumadora presencia en las plazas, como muestran las imágenes captadas por drones.
Desde temprano, el fervor se hizo sentir en lugares como la estación de Plaza Constitución, donde los viajeros se encontraron con una atmósfera de protesta. Los estudiantes, junto con grupos organizados de centros de estudiantes, se mezclaron con los transeúntes, creando un ambiente de respeto mutuo que contrasta con otras movilizaciones. Esta marcha estudiantil no ha sido estigmatizada, al menos no hasta el momento.
Desde la plaza del Congreso hasta la Plaza de Mayo, miles de personas se desplazaron, expresando sus sueños y reivindicaciones mientras se enfrentaban al ajuste propuesto. Entre los manifestantes, se encontraban aquellos como Gabriela, quien siendo la primera en su familia en completar la educación secundaria y universitaria, expresó su orgullo por la institución que cambió su vida.
Ezequiel, un estudiante de electricidad, marchó junto a su padre, un trabajador sindicalizado, destacando la importancia de la universidad y los sindicatos como aliados en la formación y el empleo. Oscar Bogarin, presidente del centro de estudiantes de Ciencias Sociales en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, resaltó la importancia de la universidad pública como motor de desarrollo y oportunidades para la comunidad.
Esta marcha no solo fue una muestra de apoyo a la educación pública, sino también un rechazo al modelo económico propuesto por el gobierno, que está llevando a recortes en el presupuesto universitario. A medida que los funcionarios evitan abordar el tema, las transferencias a las universidades han disminuido significativamente. El 23 de abril fue un día difícil para el gobierno, ya que se encontraron sin respuestas ante una multitud que, en su mayoría, representa el perfil de votantes de Milei.