Después de participar activamente en la búsqueda viralizando la foto de la víctima, Lucas Pedraza se quebró y confesó el crimen. En su casa secuestraron un búho de madera que sería el arma homicida.
“Hace 15 días que no veo a la abuela”,le dijo Lucas Pedraza a su madre el lunes 2 de septiembre pasado. Así se inició la búsqueda de Estrella Domínguez Fernández, una jubilada española de 75 años que vivía en San Martín, de la cual su nieto participó activamente a través de las redes. Sin embargo, en las últimas horas, el caso tuvo un giro inesperado. La causa por la desaparición se convirtió en la investigación de un homicidio y el joven quedó detenido después de quebrarse y confesar el crimen.
Fernández estaba desaparecida desde el 28 de agosto, pero la denuncia se hizo recién cinco días después. En paralelo con las primeras medidas dispuestas por los investigadores, el nieto de la mujer viralizaba su foto en las redes y pedía la colaboración de la gente para dar con su paradero. “Por favor, ayúdenme a difundir, buscamos a mi abuela”, posteó desesperado.
Pero con el correr de las horas, la declaración de testigos puso un manto de duda sobre la aparente preocupación del joven al asegurar que la jubilada“había discutido con su nieto Lucas y desde entonces no tuvieron más noticias de ella”.
Con estos datos, los investigadores interrogaron a Pedraza y este confirmó que hubo una pelea entre los dos pero manifestó que después su abuela se había ido llevándose su pasaporte y que seguro se “había ido para España”.
Su testimonio no convenció a las autoridades, por lo que se ordenó un allanamiento en la casa familiar de la calle Bidondo y fue entonces cuando la causa dio un vuelco. El cuerpo de la mujer desaparecida estaba en la terraza de la propiedad, en el interior de un tambor de 200 litros y cubierto con una mezcla de tierra, cal y cemento.
Acorralado, Pedraza se quebró en llanto y reconoció, ante la policía y un testigo, haber asesinado a su abuela. Tras la confesión del nieto, la policía detuvo también a un segundo sospechoso.
Se trata de un carnicero amigo del nieto de la víctima, que alquilaba una vivienda en el mismo lote. Según trascendió, habría incurrido en algunas contradicciones en su declaración y presentaba heridas en el rostro, que presumen podrían ser defensivas.
El caso es investigado por el fiscal Ernesto Farber, de la Unidad Fiscal N°6 de San Martín. En el mismo procedimiento en el que fueron detenidos los sospechosos, secuestraron un búho de madera con el que se habría cometido el crimen.