Cerrudo: “Miguel no se suicidó y no sé cómo decirle a nuestro hijo”

Para la abogada hay responsabilidad de la Policía “por acción u omisión”. La mayor preocupación que hoy tienen es el tiempo que se demora la Justicia en conformar un legajo. Temen que la causa quede cajoneada. Creen que hay muchas irregularidades

El martes 15 de octubre, la Comisaría Quinta volvió a ser escenario de la muerte sospechosa de un detenido. Mientras desde la investigación afirman que se suicidó utilizando una sábana, su pareja asegura que “Miguel no se suicidó, ya que tenía muchísimos proyectos en marcha y estaba a dos semanas de casarse”. La abogada que representa a la viuda de la víctima confirmó que hasta hoy, a 21 días de ocurrido el hecho, “aún no hay legajos de investigación y por tecnicismos judiciales, no se puede tener acceso al expediente para saber que pasó”.

El próximo 15 de noviembre se cumplirá un mes de la muerte de Miguel Alegre, el joven de 27 años demorado la noche del martes 15 de octubre y que a la madrugada del 16 fue hallado sin vida en la celda que compartía junto a otros cuatro detenidos.

“La autopsia a la que tuvo acceso Guadalupe dice que murió por asfixia y en cuclillas, pero un detalle no menor no hace referencia en qué lugar sucedió, como intentando desligar a la comisaría del hecho”, sostuvo Josefina Cubilla Podestá, abogada de Guadalupe Cerrudo, la viuda de Miguel.

“Todavía no nos podemos presentar como querellantes porque por algunos tecnicismos el fiscal general pidió que el expediente llegue con todos los detalles. Aún ni siquiera hay legajo de investigación. No sabemos qué procedimientos llevó a cabo Asuntos Internos, tampoco sabemos por qué demoraron a Miguel, por qué estaba en la Comisaría Quinta y no en la Contravencional, donde se suponía que debían alojarlo, ya que no era un preso común. Estamos viendo muchas irregularidades, como por ejemplo que al ser demorado jamás fue revisado por un médico antes de llevarlo a la celda. Nos preocupa el tiempo que está pasando y no vemos ningún avance en la causa. A Miguel lo metieron preso por portación de cara”, explicó Cubilla Podestá.

Si bien la primera teoría fue la del suicidio, hay algunos elementos que faltan y no están claros en el contexto de la causa, como por ejemplo cómo pudo quitarse la vida Alegre sin que los otros cuatro presos o el personal policial que “lo vigilaba” lo hayan notado.

“Todo iba bien”

Guadalupe contó que el estado de ánimo de Miguel era bueno. La había llamado cerca de las 22 (dos horas antes de que lo detuvieran) para avisarle que ya estaba volviendo a su casa. “No estaba depresivo. No consumió nada. De hecho, todo estaba saliéndole muy bien. Había conseguido un trabajo y estaba a días de comenzar. También ganó la batalla legal por poder ver más seguido a su hija, con quien tenía una excelente relación. Estábamos a solo dos semanas de casarnos. Tenemos un hijo de seis años en común. Que no me quieran hacer creer que él se suicidó allí dentro”, sostuvo Guadalupe Cerrudo, pareja de Alegre.

El dolor y la angustia de no saber qué pasó con su pareja la quiebra emocionalmente, pero aún más no saber cómo contarle a su hijo lo que pasó. “No lo llevé al sepelio de su padre. Nuestro hijo todavía no sabe qué pasó con Miguel y no sé cómo decírselo porque yo tampoco sé qué pasó con él”, sentenció.

Miguel tenía antecedentes penales, había cumplido una condena por lesionar al padrastro de su hija en una discusión, pero salió por buena conducta. Estaba rehabilitándose de las adicciones y se presentaba regularmente en el juzgado y en el patronato del liberado a rendir cuentas. Ahora Guadalupe y su hijo esperan respuestas.

Comentarios de Facebook