(Corresponsalía Buenos Aires) – El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue sometido de urgencia a una cirugía para drenar un hematoma subdural tras una hemorragia intracraneal, situación que encendió alarmas sobre su estado de salud y las implicancias que podría tener para la estabilidad política y económica de Brasil y Sudamérica.
La operación, realizada en el Hospital Sirio-Libanés de San Pablo, fue exitosa, según informaron fuentes oficiales, pero el mandatario permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde es monitoreado constantemente. La hemorragia habría sido consecuencia de una caída sufrida el pasado 19 de octubre en el Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial en Brasilia, cuando se golpeó la nuca tras resbalar en el baño.
Consecuencias inmediatas y preocupaciones a largo plazo
Desde el accidente, Lula debió cancelar eventos clave, como su participación presencial en la cumbre de los BRICS en Kazán, Rusia, y ha limitado sus actividades internacionales, asistiendo solo a compromisos cercanos como la reciente cumbre del Mercosur en Montevideo. Esta situación genera incertidumbre no solo en Brasil, sino también en los círculos diplomáticos y económicos regionales, donde su liderazgo es considerado fundamental para abordar desafíos comunes como la integración económica y la sostenibilidad ambiental.
Un historial médico que preocupa
La operación actual no es el primer desafío de salud para Lula. En septiembre de 2023, se sometió a una cirugía de reemplazo total de cadera, y en 2012 superó un cáncer de garganta. Estas dolencias recurrentes plantean dudas sobre su capacidad para completar el mandato que inició en enero de 2023 y liderar un país que enfrenta tensiones internas y externas.
Brasil y la región, en un delicado equilibrio
El rol de Brasil como potencia regional amplifica la preocupación por la salud del mandatario. Un vacío de poder o una inestabilidad en su gobierno podría generar efectos colaterales en la región, afectando a socios comerciales clave y desestabilizando la coordinación en bloques como el Mercosur y los BRICS.
Mientras Lula se recupera, el panorama político y económico brasileño se mantiene en vilo. El liderazgo del presidente es crucial en un contexto donde Brasil enfrenta desafíos estructurales, y su ausencia prolongada podría abrir grietas en el delicado equilibrio político que sostiene al gigante sudamericano y su influencia en la región.
La evolución del estado de salud de Lula será, en los próximos días, un factor determinante para Brasil y sus socios en un contexto que requiere estabilidad y liderazgo.