INCENDIOS: ANTE LA INEFICIENCIA DEL ESTADO SURGE EL COMPROMISO SOCIAL

(Corresponsalía Buenos Aires) – Los incendios forestales que azotan la localidad de El Bolsón, en la Patagonia argentina, han alcanzado niveles alarmantes en las últimas horas, obligando a la evacuación de cientos de familias y poniendo en jaque la capacidad operativa de los bomberos voluntarios y brigadistas. En medio del caos y la desesperación, la comunidad se organiza y lanza un llamado urgente a la solidaridad para hacer frente a la emergencia.

Una catástrofe fuera de control

Las llamas avanzan sin freno y han obligado a la evacuación gradual de más de 700 hogares en sectores como Las Perlas del Azul, Paraíso, Hue Nain, Dulcería, Cascada Escondida, Loma del Medio, Doña Rosa, Camping Los Alerces, Campo Base y Camping del Río Azul hasta el Paralelo. La combinación de una sequía prolongada y ráfagas de viento de hasta 80 km/h ha dificultado las tareas de contención y extinción del fuego.

“Estamos defendiendo las casas como podemos, pero el fuego no da tregua”, expresó con angustia Orlando Báez, miembro del Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales (SPLIF), en diálogo con el diario de Río Negro. Mientras tanto, los vecinos que lograron ser evacuados han encontrado refugio en el Polideportivo Municipal, donde la ayuda humanitaria se hace cada vez más necesaria.

El intendente de El Bolsón, Bruno Pogliano, no ocultó su desesperación ante la magnitud de la crisis: “Se está quemando todo, estamos en un caos total. No damos abasto”. Desde el municipio advierten que la situación sigue siendo crítica y que los pronósticos climáticos no auguran lluvias significativas en los próximos días, lo que agrava aún más el panorama.

La ayuda que el Estado no envía, la brinda la comunidad

Ante la falta de una respuesta estatal contundente, la comunidad de El Bolsón se ha movilizado para organizar donaciones y asistencia a los damnificados. Se ha habilitado el sitio web www.ayudapatagonia.ar para coordinar la recepción de recursos esenciales que permitan reforzar el trabajo de los brigadistas y asistir a las familias afectadas.

Las principales necesidades incluyen:

  • Equipamiento y mantenimiento de herramientas.
  • Equipos de protección personal para bomberos y voluntarios.
  • Gastos de logística y transporte para trasladar recursos a las zonas afectadas.
  • Capacitaciones en prevención y combate de incendios forestales.

“Si no nos ayudamos entre nosotros, no hay nadie más que lo haga”, expresan los vecinos mientras organizan colectas y distribuyen elementos esenciales en los puntos de refugio. La respuesta solidaria ha sido inmediata: desde distintas provincias del país han llegado donaciones y voluntarios dispuestos a sumarse a la lucha contra el fuego.

El peligro latente y la necesidad de políticas preventivas

El desastre en El Bolsón vuelve a poner en evidencia la falta de estrategias de prevención y recursos para enfrentar incendios forestales en la región. La confirmación de que los focos ígneos en Epuyén y El Bolsón fueron intencionales ha generado indignación en la población, que exige respuestas y medidas más contundentes para evitar que esta tragedia se repita año tras año.

Mientras tanto, en el terreno, la urgencia es otra: contener el fuego, proteger a las familias y sostener el esfuerzo colectivo que ha nacido en medio de la catástrofe. “No podemos esperar que el Estado haga algo, ya lo hemos aprendido. Nos toca a nosotros”, lamentan los vecinos que, con herramientas rudimentarias y una voluntad inquebrantable, intentan salvar lo poco que les queda.

En tiempos de crisis, la comunidad se convierte en el verdadero sostén de quienes lo han perdido todo. Ahora, más que nunca, la Patagonia necesita ayuda.

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