Brito apuntó a Gallardo y se profundiza la tensión en River Plate

(Por Coco Ramón) – River Plate atraviesa un momento crítico en lo deportivo. Los números no mienten: seis derrotas en los últimos siete partidos colocan al equipo en una situación incómoda que golpea tanto a los hinchas como al cuerpo técnico. La recta final del año encuentra a Marcelo Gallardo y a sus jugadores con la presión de cumplir objetivos pendientes: la Copa Argentina, el torneo local y el Superclásico frente a Boca.

En medio de este escenario, las declaraciones del presidente Jorge Brito durante el mediodía de hoy no hicieron más que alimentar la atención sobre la crisis. El dirigente, que hacía tiempo no se expresaba ante los medios, reconoció el mal momento y buscó transmitir unidad: “Naturalmente, lo que vimos el domingo no es algo que estemos acostumbrados en River ni que nos guste. Para mí era recalcarle al socio que estamos muy unidos, jugadores, cuerpo técnico y dirigencia en que eso se va a poder revertir“, afirmó en diálogo con ESPN.

Sin embargo, sus palabras, aunque optimistas, llegan en un momento en que los resultados pesan más que las promesas. La relación entre Brito y Gallardo, marcada hasta ahora por el respeto mutuo, parece tensionarse ante la incapacidad del equipo de encontrar regularidad. La presión sobre el Muñeco no solo es por los resultados inmediatos, sino también por la expectativa histórica que el club deposita en él cada temporada.

Los jugadores, por su parte, cargan con la necesidad de revertir una racha negativa que comienza a inquietar incluso a quienes hasta hace meses celebraban cada victoria como un paso firme hacia los objetivos del semestre. La falta de gol, la desconexión entre líneas y la fragilidad defensiva se han vuelto temas recurrentes en las críticas de los hinchas y analistas.

El próximo Superclásico frente a Boca asoma como una prueba de fuego: no solo será un partido clave en la disputa del torneo local, sino también un termómetro para medir la capacidad del equipo de responder ante la adversidad. En ese marco, la confianza de Brito resulta insuficiente para calmar los ánimos, y el mundo River exige más que palabras.

La Copa Argentina también representa una oportunidad para enderezar el rumbo, aunque el margen de error es cada vez más estrecho. Gallardo y su cuerpo técnico deberán encontrar soluciones rápidas y efectivas, mientras la dirigencia observa de cerca cada decisión y cada resultado.

River Plate enfrenta una encrucijada: las declaraciones de unidad y optimismo de Brito buscan proyectar calma, pero la exigencia histórica del club y la presión de los resultados inmediatos mantienen encendida la alarma. De lo que suceda en estas últimas fechas dependerá si el equipo logra recomponerse o si la crisis se profundiza, dejando a Gallardo y a la dirigencia en el centro de todas las críticas.

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