Ante el asombro de la mayoría, por la escasa decoración alusiva a la Navidad en la ciudad capitalina, hay hogares que no descuidan esta fecha tan especial. CDT visitó a Hugo, un vecino del Barrio Plácido Martínez.
Este gentil arquitecto viste el interior y frente de su hogar, con miles de luces que decoran las paredes y adquieren diferentes formas, este año hay un gran pino con la estrella de Belén. Se aprecia buen gusto y trabajo realizado con amor, sabiduría y tiempo. Al ser consultado sobre qué lo motiva, con una sonrisa nos respondió “Es la alegría que provoca el espíritu navideño”.
Los vecinos esperan cada año para sorprenderse y los transeúntes ocasionales, quedan maravillados con la decoración de esta residencia.
UN POCO DE HISTORIA…
Las luces navideñas se iniciaron en los países donde hay invierno en la época de Navidad. Durante muchos años, el espíritu navideño se expresaba encendiendo velas en los árboles para significar “La luz de Jesús”, pero causaban numerosos incendios.
En 1880, Edison ya había inventado sus lámparas incandescentes y buscaba una manera de publicitarla. Para mostrar su invención las usó en la fiesta de Yule, donde se colgaron lámparas incandescentes en el Laboratorio de Menlo Park, de modo que todos los viajeros que iban en el tren pudieran ver el milagro de la Navidad.
Dos años después, Edward Johnson, un amigo de Edison, mostró el primer árbol de Navidad iluminado en su casa de Manhattan.
Fuente: Ingenieros AC∞CC





