Según el diario El Litoral, la reciente polémica con el uso del VAR en el fútbol argentino ha captado la atención de los medios nacionales, especialmente en relación al despojo sufrido por el Club Unión de Santa Fe. Ante esta situación, surge la pregunta de qué pueden hacer los clubes del interior para contrarrestar el manejo direccionado del VAR.
Dentro de este contexto, se destaca la figura de Pablo Toviggino, quien posee una influencia significativa en el ámbito del fútbol argentino, especialmente desde su posición en Viamonte y/o en el predio de Ezeiza. Aunque nació en Rosario, Toviggino parece tener una fuerte conexión con Santiago del Estero, y ha sido visto en diversas ocasiones junto a Claudio “Chiqui” Tapia, actual presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
El presidente de Unión, Luis Spahn, tenía previsto mantener una conversación telefónica con Tapia para discutir el tema del despojo arbitral en el partido contra Boca Juniors. Sin embargo, muchos dirigentes y ex dirigentes del club se centran en la figura de Pablo Toviggino, quien concentra una gran cantidad de poder en los despachos de Viamonte y en el césped del predio en Ezeiza.
En cuanto a la situación actual de los equipos en la tabla de descenso, se menciona que al final de la temporada descenderán dos equipos, uno por el sistema de promedios y otro por la tabla acumulada de puntos. La victoria de Atlético Tucumán “descomprimió” la parte baja de la tabla, dejando a Huracán en zona de descenso (a excepción de Arsenal, que desciende por promedios). Por encima de Huracán, hay un grupo de cinco equipos con 24 puntos, incluyendo a los dos equipos de Santa Fe.
Si bien en casos de injusticias arbitrales se suele señalar a Federico Beligoy, a cargo de la Dirección Nacional de Arbitraje en la AFA, muchos ven más allá de él e incluso más allá de Claudio “Chiqui” Tapia. Hace unos años, Infobae publicó un informe especial sobre “¿Quién es Pablo Toviggino, el enigmático hombre que domina la AFA desde las sombras?”.
Pablo Toviggino es un personaje enigmático y reservado, que prefiere mantener un perfil bajo. Lejos de la exposición mediática, se dedica más a la equitación que al fútbol, como muestra las fotos en su cuenta de Twitter, donde se destacan imágenes de caballos junto a sus tres hijos. No se encuentran fotos suyas en partidos de fútbol o con balones.
Toviggino es el hombre en las sombras del edificio de Viamonte 1366, alguien con un gran poder en la AFA. Su oficina se encuentra al lado de la de Claudio “Chiqui” Tapia, y cumple el rol de armador y representante judicial y político de Tapia. Es un actor rápido y discreto, con influencia y alcance a nivel nacional. Si bien es difícil reconocerlo en los estadios de Primera División, es conocido en las canchas de tierra de los torneos regionales.
Se destaca que Toviggino emergió en la AFA en 2015, tras un acuerdo político entre Daniel Angelici (en ese momento presidente de Boca Juniors) y su aliado Gerardo Zamora. Su designación como Presidente del Consejo Federal de Fútbol fue sorpresiva, y cuenta con contactos judiciales respaldados por Angelici. Un año después, durante el gobierno de Mauricio Macri, la FIFA lo nombró como uno de los cuatro miembros de la Comisión Normalizadora y también como tesorero. En 2017, declaró ante la FIFA que el Comité de Regularización no estaba cumpliendo con sus objetivos. En marzo de ese mismo año, Tapia asumió la presidencia de la AFA y Toviggino se convirtió en el secretario ejecutivo de la Presidencia.
Previo a la polémica elección con un empate de 38 a 38 votos, Toviggino ya tuvo una fuerte influencia en las oficinas del Consejo Federal. Fue él quien atendió los votos del interior del país al entonces presidente Luis Segura durante la contienda electoral. En los pasillos de la AFA, se rumorea que él está detrás de las designaciones arbitrales para los torneos federales o la Primera Nacional. Esto es un tema delicado para los clubes, por lo que son pocos los que se atreven a cuestionarlo abiertamente, y si lo hacen, lo hacen después de un fallo lapidario, cuando ya es tarde para cambiar las cosas.
La desconfianza en los arbitrajes en el Ascenso ha alcanzado niveles preocupantes, y se han producido situaciones absurdas, como el caso del partido entre Agropecuario y Gimnasia de Mendoza, donde el equipo visitante abandonó el campo de juego en protesta por los fallos arbitrales cuando aún permanecerán minutos de descuento por jugar y perdían 2-0.