No existe una sola persona en Argentina que no haya oído hablar del caso Nahir Galarza, una joven que a los 19 años mató de dos disparos a su pareja, Fernando Pastorizzo de 20 años, en Gualeguaychú (Entre Ríos). El crimen ocurrió el 29 de diciembre de 2017 y la resolución de primera instancia, a cargo del Tribunal de Juicio y Apelaciones de la ciudad, llegó el 3 de julio de 2018. El veredicto de los magistrados, que en la actualidad es revisado por la Corte Suprema de Justicia, la condenó a cadena perpetua, unos 35 años de prisión. Es decir, que la mujer podrá recuperar su libertad recién a los 53 años.
Aprovechando la popularidad, Amanzon Prime decidió llevar la historia de la entrerriana a su plataforma con una película de una hora y 46 minutos de duración que fue estrenada ayer en Latinoamérica. El film, por el que Nahir cobró una abultada suma en dólares, aborda la historia desde un lado polémico.
Lejos de retratarse a la joven como un monstruo, al estilo de la serie Dhamer (Netflix, 2022) o la cinta Zodiac (2007), el personaje es abordado desde un lado muy diferente. Ya en el inicio, un plano secuencia con una música melancólica de fondo nos anticipa que lo que viene no será como nada de lo imaginado.
Valentina Zenere (Soy Luna, 2016) interpreta a una Nahir inexpresiva, por momentos perdida y frágil. La actriz logra así una trabajo excelente, no solo por replicar la personalidad de la joven, sino también por mimetizarse a través de sus gestos e incluso hasta con la candencia de su voz. Su interpretación no ignora la mirada de la Nahir original, un rasgo de su aspecto que levantó desconfianza en quienes siguieron el juicio. Una mezcla de la “mirada Kubrick” con pequeños toques de ternura.
Sus dotes actorales son limitados por un guión con diálogos que no van más allá que los argumentos de su defensa presentados ante los tribunales entrerrianos. Esta decisión justifica el ritmo lento que tiene la película a lo largo de su duración. Por momentos, las escenas se detienen para centrarse en cada detalle que los abogados usaron para demostrar su inocencia.
Además, el director, Hernán Guerschuny (Doble Discurso, 2023), apuesta a una cronología no lineal para contar los acontecimientos, un recurso que por momentos pude resultar confuso, sobre todo para los espectadores menos entrenados en las narrativas posmodernas del cine.
Entre los personajes de apoyo se destaca César Borndón (Relatos Salvajes, 2014; o la serie Luis Miguel, 2018), como Marcelo Galarza, el padre policía y sobreportector de Nahir. Un gran actor que en esta ocasión no alcanza su brillo total debido a la falta de conexión en general entre todos los personajes.
Recién para el tercer acto, la historia sorprende con un giro en los acontecimientos anunciado desde el minuto 20, y que solo será una sorpresa para quienes no hayan seguido el caso en la vida real. En él reside la esencia del film, que además de entretener y escenificar un caso policial emblemático,gira en torno a la empatía con la protagonista. Una empatía que intenta que el paso de víctima a victimario se vuelva fácil.
Nahir es una película que provocará sentimientos encontrados de acuerdo a cada espectador. Pero lo que no está en dudas es que llegó para detonar la polémica y resaltar que la historia real todavía no llegó a su fin.
Ficha técnica
Dirección: Hernán Guerschuny. Idea y producción: Lucas Jinkis. Guion: Sofía Wilhelmi. Fotografía: Nicolás Trovato. Música: Loishka. Edición: Laureano Rizzo. Elenco: Valentina Zenere, César Bordón, Mónica Antonópulos, Simón Hempe, Nacho Gadano. Duración: 106 minutos. Género: Drama, suspendo, policial.
Lo mejor: la actuación de la protagonista, los detalles técnicos y las implicancias de la historia en la vida real.
Lo peor: personajes secundarios sin profundidad. Un final anunciado para quienes siguen el caso. Un guión limitado por una sola versión.
Recomendado para: espectadores que hayan tenido poco contacto con el caso.
No recomendado para: espectadores amantes de historias más profundas.