Un oficial, hijo del jefe de la institución de seguridad provincial, fue asesinado a balazos. Junto a su atacante se desempeñaban en el área de Delitos Complejos. La mujer también es policía y cumple funciones en Investigación Criminal. El incidente fue dentro de una casa.
El autor de los disparos también es integrante de la Fuerza de apellido Medina, ex pareja de la joven y se entregó horas más tarde en la Comisaría de Riachuelo.
La tragedia volvió a golpear de lleno a la Policía de Corrientes: un oficial mató a balazos a un compañero de trabajo cuando lo encontró en la casa de su exnovia en la localidad de San Cosme. A la vez, disparó contra la mujer hasta causarle heridas gravísimas.
La víctima del asesinato fue Alfredo Javier Molina, de 31 años, hijo del comisario general Arnaldo Molina, jefe de la fuerza de seguridad provincial.
Como consecuencia del tiroteo, la chica identificada como Flavia Bárbara Romero, de 28 años, sufrió tres impactos, mientras Molina resultó alcanzado por al menos dos proyectiles disparados con una pistola calibre 9 milímetros.
Las detonaciones fueron ocasionadas, según la investigación avanzada, por el oficial Osvaldo David Medina, de 30 años, quien conocía a Molina porque juntos se desempeñaban en la Dirección General de Investigación de Delitos Complejos y Delitos Informáticos.

El tirador escapó de la escena del crimen hasta que horas más tarde, acompañado de un familiar, decidió entregarse a unos 45 kilómetros ante las autoridades de la comisaría del pueblo de Riachuelo.
La noticia generó amplia conmoción y sacudió la tranquilidad de la localidad de San Cosme, donde la balacera se produjo dentro de una vivienda del barrio Rincón Florido.

Alrededor de las 8:15, una vecina llegó desesperada a la guardia de la comisaría local para reportar un incidente en un domicilio, donde dijo que se escucharon numerosos disparos.
En forma urgente, una patrulla salió hacia la casa indicada por la testigo. Apenas llegaron los uniformados vieron en el interior del inmueble a dos personas tiradas en el piso y en estado de agonía.
Personal sanitario fue convocado lo más rápido posible para el traslado de las víctimas. A simple vista, la chica acusaba las heridas de bala en el tórax, abdomen y la espalda.

El oficial ayudante Molina murió en la ambulancia, en el trayecto a la ciudad de Corrientes, a consecuencia de lesiones en la cabeza.
La oficial Romero ingresó en estado crítico al Hospital Escuela “José Francisco de San Martín”, fue sometida a una intervención quirúrgica y al cierre de esta edición permanecía en terapia intensiva.
En el escenario del tiroteo, policías locales consiguieron los primeros datos para identificar al autor de los disparos, un camarada con residencia en la capital provincial.
De acuerdo a la reconstrucción de los hechos, el oficial Medina llegó a la casa de su exnovia en una motocicleta.
Tras sorprender en el interior de la residencia a la mujer y a su compañero de trabajo, se habría generado un fuerte intercambio de palabras hasta que arremetió a balazos a quemarropa.
Las víctimas no habrían alcanzado a defenderse. No llegaron a tomar las armas reglamentarias que portaban usualmente y tenían en el lugar, explicaron fuentes del caso.
Una vez cometido el ataque en el sector del dormitorio, el autor caminó hasta la calle, ascendió a su motocicleta tipo cross y emprendió la fuga hacia la Ruta Nacional 12.
La fuga fue observada por una testigo, quien lo reconoció y aportó la información para iniciar la búsqueda del homicida.
Antes del mediodía, Medina llegó a la comisaría de Riachuelo acompañado de su padre, un comisario mayor retirado. Allí entregó la pistola, su teléfono celular y la moto.
Los tres protagonistas de esta historia, además de llegar como policías en actividad, son hijos de otros policías.
La Unidad Fiscal de Investigaciones Concretas Número 1, a cargo de Lucrecia Troia Quirch, ordenó una serie de procedimientos en procura de clarificar al ciento por ciento lo sucedido.
La causa fue caratulada como “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” y “tentativa de homicidio agravado por el vínculo y por el uso de arma de fuego”.
Secuestros
El arma de fuego calibre 9 milímetros perteneciente al oficial acusado de la balacera fue secuestrada al igual que la motocicleta de uso particular.
La pistola deberá ser peritada. A la vez, los encargados de la investigación ahondaban esfuerzos en la búsqueda de registros de cámaras de seguridad, instaladas tanto en San Cosme como en la capital provincial.
Se cree que el oficial Medina viajó desde Corrientes hacia San Cosme antes del amanecer. Tras los hechos regresó a la ciudad y después fue hacia Riachuelo donde finalmente eligió entregarse.
El jefe de la Policía, Arnaldo Molina, fue visto sumamente acongojado después de conocer la noticia y afrontar el triste momento que le toca vivir junto a su familia.
Si bien trascendieron versiones de una renuncia a la jefatura, desde su entorno lo desmintieron, aunque no precisaron si tomaría una licencia de algunos días.
Los restos de su hijo fueron velados en Cochería Las Heras de San Luis del Palmar para su posterior inhumación en el cementerio de esa localidad.
Compañeros
“Cuando nos enteramos no lo podíamos creer; ellos eran compañeros de trabajo en Delitos Complejos”, dijeron a este medio otros efectivos que mantenían amistad en común con víctima y victimario.
A su vez, Romero cumplía funciones en Investigación Criminal, una sede ubicada en igual manzana a pocos metros del puerto y frente a la costanera capitalina.
La relación sentimental entre Bárbara y David al parecer dio por concluida hace algún tiempo. Después de esa presunta ruptura ella se habría mostrado cercana a Alfredo.
Ayer, cuando el autor del ataque los descubrió en casa de ella, comenzó con reproches, extrajo el arma y les disparó hasta vaciar el cargador.