María Luján Gens Gil, una abogada de 50 años, falleció mientras su familia intentaba regresar al muelle de Santa Luzia después de un incidente durante un tour en barco. Durante la inmersión en Lagoa Azul, Gens Gil sufrió un ataque de asfixia y, aunque fue rescatada y subida a bordo, la víctima falleció antes de llegar al muelle de Santa Luzia.
Según un amigo de la familia, que proporcionó documentos como el certificado de defunción y la declaración médica, la causa de la muerte fue un edema pulmonar y asfixia mecánica, es decir, ahogamiento.
El amigo de la familia criticó severamente la falta de preparación y equipo de la tripulación para manejar emergencias médicas. Aseguró que la tripulación del barco, un balandro grande y pesado, carecía de los recursos necesarios para brindar primeros auxilios, y no dispuso de una lancha rápida que podría haber trasladado a Gens Gil a tierra firme con mayor rapidez. A su llegada, ya era demasiado tarde.
Además, el amigo señaló que la empresa de turismo y el barco involucrados no habrían contado con seguro, lo que obligó al viudo a asumir todos los gastos para repatriar el cuerpo de su esposa a Argentina. La falta de empatía y solidaridad por parte de la empresa también fue objeto de críticas.
El viudo ha expresado su preocupación por la ausencia de personal capacitado para enfrentar emergencias en actividades turísticas marítimas, y ha hecho un llamado urgente a la implementación de medidas más estrictas para garantizar la seguridad de los turistas. Según él, la tragedia de Gens Gil debe ser un catalizador para la creación de una legislación más rigurosa y una supervisión más exhaustiva de las autoridades competentes.
Este lamentable incidente subraya la necesidad de un control más riguroso en el sector turístico para evitar que tragedias similares se repitan, y resalta la importancia de asegurar que todas las embarcaciones y tripulaciones estén debidamente preparadas para emergencias médicas.
La pareja de Gens Gil y su hija de 14 años se encontraban de vacaciones en Porto Real, en Conceição de Jacareí, y habían contratado un paseo con la embarcación São Domingos. Sucedió el 22 de julio pasado.