Piden penas de 15 y 20 años para las acusadas de matar al financista Carlos Molina

El abogado que representa como particular damnificado a la familia del financista Carlos Walter Molina, asesinado de un tiro en el pecho en noviembre de 2021 en un departamento del barrio de Almagro, pidió penas de 15 y 20 años de prisión para las dos mujeres que son juzgadas por el homicidio, informaron fuentes judiciales.

En el marco del juicio que comenzó el martes pasado, el abogado querellante Darío Liurgo brindó su alegato ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 12 porteño, integrado por los jueces Darío Medina, Claudia Moscato y Luis Márquez.

Las acusadas

Voceros judiciales informaron a Télam que Liurgo cambió la calificación legal con la que Julieta Lacivitta y Estefanía Vanesa Romero llegaron imputadas al debate oral -“homicidio agravado por el uso de arma de fuego”- y pidió que ambas fueran condenadas por el delito de “homicidio en ocasión de robo”, en perjuicio del financista Molina (34).

En el caso de Lacivitta, el letrado pidió una pena de 20 años de prisión por considerarla “coautora” de dicho delito.

Mientras que pidió 15 años de cárcel para Romero como “partícipe necesaria”.

Luego del alegato del abogado, el TOC 12 pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo martes, cuando será el turno de la fiscalía y de las defensas de las acusadas.

Fuentes judiciales informaron que luego de los alegatos de las partes, el tribunal pasará a debatir y puede dar a conocer el veredicto ese mismo día.

Lacivitta llegó al juicio oral acusada de ser “partícipe necesaria” del crimen y permanece alojada en la cárcel de Ezeiza; mientras que Romero fue procesada como “partícipe secundaria” y cumple con un arresto domiciliario.

Por este hecho, Eduardo “Calabaza” Ajalla Cabrera, pareja de Romero y sindicado miembro de la hinchada de Atlanta, continúa prófugo como presunto autor material del asesinato y por el cual el Ministerio de Seguridad de la Nación ofreció una recompensa de 1.500.000 pesos para quienes aporten datos para dar con su paradero.

Eduardo “Calabaza” Ajalla Cabrera.

El juicio

Durante la primera jornada de juicio, los jueces del TOC 12 escucharon la ampliación de la declaración indagatoria de la acusada Lacivitta, quien aceptó responder preguntas de las partes.

En su testimonio, la mujer admitió haberle comprado dólares estadounidenses a la víctima y señaló frecuentar el departamento donde tuvo lugar el asesinato, aunque sostuvo ser inocente afirmando que, al momento del crimen, había ido a buscar a su hijo al colegio.

También en la primera audiencia declaró la madre de Molina, María Elba Cardozo, quien se refirió a las medidas de seguridad que tomaba su hijo ante cada transacción financiera que realizaba y sugirió que los asesinos de su hijo eran conocidos suyos.

La principal hipótesis del caso

Durante la investigación, el fiscal de instrucción Marcelo Munilla Lacasa estableció que Molina fue asesinado luego de ser citado el 19 de noviembre de 2021 al departamento “C” del piso 10 de un edificio ubicado en avenida Díaz Vélez al 3700 del barrio de Almagro, para realizar el cambio de 7.500 dólares.

Según consta en el procesamiento dictado por el magistrado Fernando Caunedo, a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 10 -al que tuvo acceso Télam-, Molina fue citado en tres oportunidades por una mujer que se identificó como “Camila”, con quien realizó dos operaciones de compra venta de 1.200 y 3.000 dólares, y quien días después le solicitó efectuar una tercera de 15 mil.

De acuerdo a constancias de la causa, la responsable de contactar al financista fue Lacivitta -quien se hacía llamar “Camila”- y el actualmente prófugo apodado “Cala” o “Calabaza”.

Para el fiscal, Molina fue citado a las 18 del 19 de noviembre de 2021 por Lacivitta al departamento de Díaz Vélez y al ingresar “fue sorprendido por alguno de los imputados -posiblemente ´Calabaza´, por una cuestión de fuerza física-, quien lo golpeó y le disparó en el tórax con una pistola del calibre 9 milímetros”, para luego darse a la fuga “dejando en el lugar treinta y cuatro mil quinientos pesos, cien dólares y todas las pertenencias” de la víctima.

Los investigadores establecieron mediante el cruce de las antenas de los celulares de los sospechosos, que la línea telefónica con la que era contactado Molina se prendía en inmediaciones del domicilio que comparten Romero y “Calabaza”, en el barrio de Caballito.

También determinaron que cada vez que el financista era contactado, la señal del teléfono celular impactaba en la antena cercana a la sede del club Atlanta, donde se cree que se reunía la banda.

Los investigadores creen que la banda se ganaba la confianza de los denominados “arbolitos” o de financistas con cambio de moneda en importes chicos, para luego pedirles hacer una transacción con cifras más elevadas y era ahí cuando les robaban.

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