La familia de Fabio Lovatto fue asaltada en su propiedad de colonia San Andrés, zona rural de Mocoretá, en horas de la tarde-noche del jueves.
“Es un hecho que no le deseamos a nadie, es de mucha angustia”, expresó Lovatto sobre el hecho delictivo.
Su papá, suegro e hijo fueron interceptados en la quinta y trasladados a punta de pistola “incluso dispararon al aire” -dijo- hasta el domicilio donde se encontraba su esposa, suegra y dos de sus hijos.
A las 21 horas, cuando Lovatto llegó junto a una hija desde Mocoretá, se encontró con la familia encerrada en una habitación.
“Pedían dinero. ‘Dónde está la plata’, decían. Se llevaron todo lo que tenía. No me dejaron ni para un kilo de yerba. Lo que se tiene de ahorro. También lo de mi viejo, jubilado, sus ahorros, un arma y hasta un paquete de cigarrillos. Esto no es nada al boleo. Es una banda muy bien organizada”, relató con indignación.
“A mi señora le decían ‘el juez nos mandó’ y ‘no llamen a la policía porque no sirven para nada’. También ‘no llamen al jefe’ por mí. porque ‘lo vamos a hacer boleta’”, repasó sobre lo transmitido por las víctimas del atraco.
“Lamentablemente nos están ganando los malos. Esto no pueden seguir así. Nadie agarra a nadie. No tenemos Justicia. La Justicia no actúa. Somos presas de cualquiera. Todos se van de la colonia por el tema de inseguridad”, agregó quien presidente la Cooperativa de Transformación, Industrialización y Comercialización Citrícola de Mocoretá.
Recordó que en un año hubo tres robos en esa zona: “Las familias Albe, Ayala y nosotros. En un año, tres veces. No tenemos ninguna clase de justicia. Nunca se esclareció un hecho”.
En la casa de Lovatto hay cámaras de seguridad. Los delincuentes, encapuchados, quedaron registrados. “Estoy esperando que la Justicia actúe. Porque desde lo privado tenemos identificado a un sospechoso. En las boca calles están las cámaras, coincide el vehículo y la persona que estuvo en mi casa”, afirmó Lovatto sobre los malvivientes que “es gente de la zona”, acotó.
Por otra parte, Lovatto expuso que la Policía llegó una hora más tarde. “Llamé cuando llegué, a las 21 horas y no me atendieron el teléfono. Llamo a otra persona que les avisó. La Policía llegó a las 22, una hora después. Mi hermana llegó a los 10 minutos. Es lamentable. No estoy en contra, porque son laburantes como nosotros”.
Agradeció “el apoyo de la gente. Hay mucha gente más buena que mala en la región, pero “lamentablemente nos están ganando los malos”, remarcó Lovatto.