En la Argentina nuestro máximo exponente es Luis Landriscina.

Esta fecha se la eligió en Suecia en 1992 , se reunieron integrantes la red de narradores de Europa y decidieron que esa era la fecha para recordar el día de este lenguaje artístico en todo el mundo.
En América , mas precisamente en Cuba alrededor de esa fecha, Francisco Garzón Céspedes (cubano) y Jairo Aníbal Niño (colombiano) comienzan a darle forma y escribir una especie de marco teórico y la denominan Narración Oral Escénica.
Si bien el contar una historia oralmente es anterior a la escritura, , el hacerlo con arte y estética es “nuevo”, es por esta razón que nos pasa como narradores , que no conocen este oficio y nos preguntan:
“aprendes a contar un cuento?”
A lo que respondemos : SI aprendo! En los talleres se aprenden técnicas, la primera es elegir el relato y luego la adaptación a la oralidad, pasamos de lo escrito a lo oral… no se escribe como se habla.
En la Argentina, la Dra. En letras Dora Pastorizza de Etchebarne fue la primera maestra jardinera que deja el libro y cuenta solo con la palabra dicha
Carlos Genovese , actor y narrador oral dice
“El contar una historia es un arte milenario que la modernidad la trajo para quedarse entre nosotros”.
El narrador oral se prepara para realizar su oficio, ya sea para comunicar un cuento de autor o una leyenda o historia de tradición oral.
LOS BENEFICOS de la escucha son múltiples, lleva al imaginación, a la creatividad, la confabulación, enriquece el vocabulario, abre fronteras, nos comunica con el otro, transmite valores o cualquier otra enseñanza que lo deseemos, socializa y otros mas
Y a los adultos nos vuelve a nuestro niño/a interior, nos devuelve la fantasía que la vamos perdiendo con la vida misma.
El arte debería estar en la Escuela, debería ser transversal a todas las materias.
Volvamos al arte espontáneo, a 5 minutos de volar con la imaginación ayudados por un prestidigitador como es un cuentacuentos.