Marcelo Martínez, uno de los dos involucrados, es conocido en las redes sociales como “Primer Hincha” ya que estaba en Doha desde mayo y quería quedarse hasta el final de la Copa del Mundo.
Dos hinchas argentinos que se encontraban en Qatar a la espera de presenciar el Mundial fueron detenidos hace dos semanas acusados de lavado de dinero.
Marcelo Martínez, uno de los dos involucrados, es conocido en las redes sociales como “Primer Hincha” ya que estaba en Doha desde mayo y quería quedarse hasta el final de la Copa del Mundo.
Su familia, a través de la cuenta de Instagram donde publicaba información y videos de su vida cotidiana en la sede del Mundial, explicó la situación que atraviesa el autodenominado “Primer Hincha” del seleccionado argentino.
Martínez, abogado de 54 años, se instaló en Qatar el pasado 3 de mayo luego de haber pasado su luna de miel en Egipto.
El pasado 12 de octubre, Martínez fue detenido junto a otro ciudadano argentino llamado Ivo Aimar Chiesa.
Según la familia de Martínez, la Justicia local lo acusa de “lavado de dinero” y de estar vinculado a una banda de delincuentes locales que tenían una inmobiliaria falsa.
“Marcelo fue estafado”, aseguró su familia en el comunicado publicado en la cuenta (@primer.hincha) de Instagram de Marcelo Martínez.
La familia de Martínez indicó que el hincha argentino alquiló varios departamentos a través de dicha empresa para amigos que iban a viajar al Mundial.
La Justicia cree que esos pagos que recibió mediante una empresa de transferencia de dinero al exterior están vinculados a dicha banda delictiva.
“Marcelo es inocente de los cargos que se imputan. Él pagó los departamentos y tenía recibos de los pagos que hizo. Fue estafado“, afirmó su familia, que también desmintió la versión de que su detención estaba vinculada a la reventa de entradas y al acopio de alcohol, algo prohibido por las leyes qataríes.
Tanto Marcelo como su familia están con asistencia de la Cancillería, tanto desde el Consulado argentino en Qatar como de la Embajada.
La principal preocupación de la familia de Martínez es que el proceso judicial en Qatar es “complejo” ya que se necesitan “abogados locales, traductores y asesores” de un país con un “sistema judicial totalmente desconocido”.
Martínez pudo comunicarse con su mujer, Angie, que vivía en Doha con él, y también con su familia mediante una tarjeta de teléfono que le facilitó el Consulado.
A través de las redes y por los medios de comunicación, la familia de Martínez solicitó la ayuda para difundir el caso y para encontrar un abogado en Qatar que “maneje perfectamente el inglés” para asesorarlo legalmente en el proceso.
La investigación duraba ocho días y si bien ya se venció ese plazo, el tribunal se tomará otros 30.