Por vos y por los que siempre te bancamos

Quienes tenemos menos de 36 años estamos muy ansiosos. Es que jamás vimos a nuestro país como Campeón del Mundo, sólo nuestros padres y abuelos lo vivieron en 1978 y en 1986.

Desde mucho antes de empezar este mundial se escuchaba el deseo generalizado no sÓlo de los argentinos, sino de todos los fanáticos. Soñamos con ver levantar el trofeo más importante del fútbol al mejor jugador de la historia. SÍ, hablo de Lionel Messi, ese que no sólo por su talento con la pelota nos conquistó a todos.

Pensar que en algún momento, cuando las críticas eran tan feroces por las finales perdidas, pensó en dejar de ser parte de la Selección Argentina. Con un dolor en el alma que podría verse en su rostro, sentía que “no era para él”. Pero logramos convencerlo y siguió en el camino, siempre tratando de dar lo mejor de sí para lograr alegría en los argentinos.

Una tierra que vive y respira fútbol y que vio nacer a cientos de ídolos en los que el pueblo se refugia para hacerle frente a la vida y tener una alegría cada tanto. Maradona, Kempes, Di Stéfano, Batistuta y Crespo, entre tantos otros. Algunos a penas los vimos jugar a través de videos, imágenes de la historia rica de nuestro país.

Pero con Messi es diferente, crecimos viéndolo crecer a él también y consagrarse. Desde que dio los primeros pasos en el Barcelona donde debutó oficialmente en el 2004 con apenas 17 años.

Derrochaba talento y esto le valió que apenas un año después lo convoquen a la Selección Argentina. Rápidamente lo compararon con Maradona y este mismo lo catalogó como su sucesor.

“La Pulga” ganó 41 títulos en su exitosa carrera. 35 fueron con la camiseta del Barcelona: 10 Ligas, 8 Supercopas de España, 7 Copas del Rey, 4 Champions League, 3 Mundiales de Clubes y 3 Supercopas de Europa. Cuatro fueron con la camiseta de la Selección: el Mundial Sub 20 del 2005 que se jugó en Países Bajos, los Juegos Olímpicos 2008 en Pekín, la Copa América 2021 ante Brasil y la Finalissima ante Italia. En tanto que con el PSG suma dos: la Ligue 1 de la temporada pasada y esta Supercopa francesa.

No sé si realmente llegamos a dimensionar la importancia de ser contemporáneos a él, poder verlo jugar con la camiseta de nuestro país, defender nuestros colores y tratar de darnos alegrías sólo haciendo lo que le gusta. Nuevamente está a un paso de lograr su sueño, nuestro sueño.

Quienes tenemos menos de 36 años estamos más ansiosos aún porque jamás vimos a nuestro país como campeón del mundo, sólo nuestros padres y abuelos lo vivieron en 1978 y en 1986 con la Copa que trajo Maradona. Estuvimos muy cerca en el 2014 pero no pudo ser y la imagen que nos partió el alma es ver a nuestro “Lio” mirando al máximo trofeo que hasta ahora le fue esquivo.

Nos deleitamos viéndolo jugar en este mundial, él es la bandera de esta Selección, más que nunca. Mostró todo eso que mucho decían que le faltaba. Y no está más Maradoniano que nunca, está más Messi que nunca, porque cada día es la mejor versión de sí mismo y se va superando partido tras partido. Y ya no tiene que demostrar nada, ni el fútbol le debe nada, porque Messi es el fútbol.

Selección Argentina, presente y mucho futuro.

Si hay que analizar lo que fue este mundial para la Selección Argentina creo que lo más importante fue la muestra de carácter de su DT Lionel Scaloni demostró que más allá de los nombres él armaba el equipo.

No le tembló el pulso para sacar del equipo “titular” a Lautaro Martínez y Leandro Paredes por ejemplo. Esto dio lugar y confianza a otros jugadores con que cuenta el plantel, para que puedan lucirse y ayudar a que la Selección llegue al lugar donde ahora está.

Julián Álvarez, Enzo Fernández y Alexis Mac Allister demostraron con creces porqué están en Qatar. Partido a partido pudieron aportar su talento, ser socios del más grande del fútbol y llevarnos a la final. Pero lo que más nos deja tranquilos es que, aunque Messi ya dijo que es su último partido en la Selección, tenemos un semillero enorme y pase lo que pase podemos seguir soñando.

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