Aunque exiguo, ese indicador permitió una retracción de $2.010 en la cifra requerida por una familia tipo (integrada por dos adultos y dos menores) para no caer en la indigencia. En abril, el monto necesario fue de $502.291 y en mayo bajó a $500.281.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó ayer los números de mayo de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y de la Canasta Básica Total (CBT). La primera establece el umbral de la indigencia, mientras que la segunda determina el límite de la pobreza.
De este modo, el reporte del organismo oficial dio cuenta que en el quinto mes de 2025 una familia tipo, integrada por dos adultos con dos hijos menores, que no paga alquiler necesitó generar ingresos por $500.281 para no quedar bajo el umbral de la indigencia, $2.010 menos que el mes previo debido a la estabilidad de los precios de los alimentos, ya que en abril lo requerido fue $502.291.
El costo de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) cayó 0,4% en mayo, un valor inédito desde que el INDEC retomó la serie de datos en 2016. Tuvo incidencia la fuerte caída en el precio de las frutas y verduras.
Hay que remontarse a 2020 para encontrar una variación negativa de la CBA. Dado que la canasta determina la línea de indigencia, una familia tipo integrada por dos adultos y dos niños necesitó $500.281 para no caer en la indigencia.
En tanto que ese mismo núcleo familiar precisó al menos $1.110.624 para no ser considerada pobre (en abril, la cifra fue de $502.291).
En detalle, la aritmética reflejó que en mayo de 2025, “a variación mensual de la canasta básica alimentaria (CBA) fue de -0,4% mientras que la de la canasta básica total (CBT) fue de 0,1%.
Las variaciones de la CBA y de la CBT resultaron de 29,3% y 30,5% en términos interanuales y acumulan en el año incrementos de 11,3% y 8,4% respectivamente, explicó el INDEC.
Si se contrasta el comportamiento de las canastas básicas con el Índice de Precios al Consumidor, se obtiene que estas crecieron muy por debajo de la inflación mensual, que se posicionó en 1,5%. El resultado es el mismo si la comparación se anualiza: el IPC trepó 43,5% y acumula 13,3% en 2025.
La CBA se calcula en base a los requerimientos calóricos y proteicos mínimos que necesita cubrir un varón adulto, de entre 30 y 60 años, con un nivel de actividad física moderado. Este individuo es tomado como referencia bajo el concepto de “adulto equivalente”.
A partir de esos parámetros, se seleccionan tanto los alimentos como sus cantidades, siguiendo los patrones de consumo relevados por la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHO).
En el caso de la CBT, su valor se obtiene a partir de la CBA, pero incluyendo además los gastos esenciales no alimentarios.
Para calcularla, se utiliza el coeficiente de Engel (CDE), que establece la proporción entre los gastos en alimentos y el gasto total promedio de los hogares pertenecientes al grupo de referencia.