El humorista correntino se presenta hoy en el Club Regatas. En la antesala de su show contó detalles inéditos de sus primeros años. “¡El sueño de mi vida era dejar el gimnasio y subirme a los escenarios!”, reveló.
Con más de seis millones de seguidores en TikTok, más de cuatro millones en Facebook y otros dos millones en Instagram, el correntino Wali Iturriaga se convirtió, en cinco años, en un fenómeno de redes que no encuentra fronteras. Con su personaje “La Jenny” colma los teatros de todo el país llevando un humor muy arraigado a la idiosincrasia de la tierra que lo vio dar sus primeros pasos; primero en el mundo fitness y después como un showman solidario.
En la previa a su presentación en el Club Regatas de Corrientes, hoy desde las 20, el humorista recordó sus inicios y reveló detalles actuales de una carrera que lo proyecta hacia escenarios internacionales. Una historia personal que esconde el dilema por el que atraviesan muchas personas por lo que se espera de ellos y lo que realmente quieren para sus vidas.

Eduardo Rafael Beltrán Munilla (su verdadero nombre) nació el 7 de diciembre de 1982 en el barrio Cambá Cuá, es el mayor de un par de dos hermanos siendo María Lucrecia la menor con 37 años. Sus padres son el reconocido personal trainer, Ito Iturriaga, y la gestora cultural y escritora, Moni Munilla. A los 15 años comenzó con su primer amor: el entrenamiento personal. “El gimnasio fue mi cuna: una mancuerna o ver a mi papá dando una clase era mi universo. En ese tiempo no se veían tantos físicos trabajados como en la actualidad. Para mí era como tener a Arnold Schwarzenegger en casa. Era mi ejemplo a seguir en el fisicoculturismo”, recordó Wali.
Así fue como abrió su propio gym, uno de los primeros en la ciudad especializados en CrossFit, ubicado en la esquina de España y Bolívar, en el barrio Libertad. Sin embargo, el arte corría por sus venas y le pedía a gritos explotar su creatividad. Durante su juventud tocó en algunas bandas de rock y expuso pinturas al óleo, pero todo era insuficiente, su ser le decía que debía explorar aún más su expresividad. “Tenía esa sensación que mi esencia era otra al camino que estaba siguiendo. Ese no era yo”, expresó.

Los primeros personajes del humorista, a los que ensayaba puertas adentro de su casa, nacieron a la luz de campañas solidarias que el mismo impulsaba desde su centro de entrenamiento. “Buena parte de mi juventud viví en el barrio Las Tejas, que limitaba con el San Marcos, un distrito con muchas carencias y sobre el que recaían una enorme cantidad de prejuicios. Por ello, me había propuesto ayudarlos cuando alcanzara la mayoría de edad”, narró. Y así fue como en 2017 nació “Cachilo”, su primera personificación “viral”, una especie de “villero” con gestos y características exageradas como buena caricatura que buscaba ser. “Él me daba una autoridad para entrar a cualquier barrio, a través del humor, y a partir de allí movilizar a la gente. Las repercusiones iniciales me volaron la cabeza y en poco tiempo dejé mi actividad principal, paulatinamente mi gimnasio se convirtió en un depósito en el que reuníamos medicamentos y elementos ortopédicos, en una año juntamos más de 400 sillas posturales”, recordó Wali.
La Jenny: un personaje resistido que catapultó su fama
Jenny “La Paraguaya”, es el estandarte actual de sus shows, un personaje que nació en 2018 tras la inspiración que recibió luego de una clase de zumba, a la que el mismo asistía como entrenador. Se trata de una mujer histriónica que maneja altos niveles de intensidad y se presenta “súper controladora” ante las acciones de su pareja, “Juan Carlos”, (interpretado por el mismo Wali). Una serie de características que en la jerga actual conocen como una personalidad tóxica. “El primer video que subí a Facebook hablaba sobre Jenny y sus sensaciones ante el grupo de WhatsApp de las mamás del colegio. Este rápidamente superó cualquier video de Cachilo en interacciones. Al principio me resistía a hacerlo porque me sentía más cómodo con otros personajes”, reveló el correntino.
La primera vez que “La Jenny” piso un escenario fue el 30 de agosto de 2019 en el Teatro de la Ciudad, ubicado sobre Pasaje Villanueva, en Corrientes, con un show de tres horas. Dos meses después le llegó una propuesta de Nazareno Móttola para llevar a “La Jenny” a salas del conurbano bonaerense en plena temporada de vacaciones. Wali aceptó y el éxito fue inmediato. “Es un personaje pensado. Hasta hoy en día escribo monólogos en los que imprimo su propio vocabulario, tono de voz y funciona bien”, contó. La dinámica de ida y vuelta con su marido también fue rindiendo a lo largo del tiempo de acuerdo a las métricas de las redes sociales, y así fue como Juan Carlos se agregó al show. “El humor fue cambiando y mi público me lo hizo saber. Intento amoldarme a las nuevas generaciones”, acotó el showman.
El espectáculo ya realizó cuatro giras nacionales y tiene como próximos destinos Bolivia, Estados Unidos y países de Europa. Un dato a destacar es que en la temporada de verano de Mar del Plata, su show vendió más de 80.000 entradas y recibió el premio Estrella de Mar en la categoría de Revelación. “Una vez por semana me llama Marcelo Tinelli con propuestas para trabajar juntos, pero hoy por mi ritmo de vida, impuesto por mi trabajo, no me permite decirle que sí a ninguna de ellas. Para El Bailando me llamó tres veces, y este año estamos conversando más seguido. En caso de darse, sería recién para el 2024”, aseguró Wali.
El correntino vive desde el 13 de marzo de 2020 en la Ciudad de Buenos Aires. La familia está integrada por su esposa, Milagros Pérez, (se conocieron en 2005), y sus hijos, Luisana (14), Martina (11), Milo (9) y Valentino (3). Asimismo, el 13 de mayo anunciaron que esperan a Luna, la quinta del grupo de hermanos.