Acto local a 30 años del atentado: “AMIA es una tragedia argentina”

Con mensajes que ratificaron el reclamo de justicia y renovaron el ejercicio colectivo de memoria por el trágico episodio, en la noche de este jueves se llevó a cabo en la ciudad de Corrientes el acto por los 30 años del atentado terrorista en el edificio de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires.

Exactamente a las 9:53 de aquel 18 de julio de 1994, voló la sede de la mutual judía dejando como saldo 85 personas muertas y centenares de heridos. Desde ese momento se atravesó por una larga cada de complicidades que hasta hoy, tres décadas después, aún deja un acto terrorista impune.

La ceremonia de recordación se llevó a cabo en la sede de calle San Martín de la Sociedad Cultural Israelita “Scholem Aleijem”. Asistieron autoridades de la comunidad judía local, encabezados por el rabino Marcelo Wajcer, guía espiritual y director institucional de la “Scholem Aleijem”; el presidente de dicha entidad, Fernando Blugerman; la titular de la AMIA Corrientes, Beatriz Kunin; representantes de la juventud, entre otros.

También acompañaron el arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik y el pastor Sergio Díaz, quienes de esa manera destacaron el carácter ecuménico del encuentro.

En representación del Gobierno Provincial estuvieron el vicegobernador Pedro Braillard Poccard y el ministro de Justicia, Juan José Desimoni. Por el Municipio capitalino, el viceintendente Emilio Lanari y funcionarios comunales.

En principio, Wajcer señaló: “Desde las 10 de la mañana del 18 de julio del 94 fuimos otro país e ingresamos a otra etapa de nuestra historia, de la cual será muy difícil volver. Porque pensar en la tragedia de la AMIA, a 30 años del atentado, quita valor al uso de palabras como investigación y justicia”, advirtió.

“AMIA es, en definitiva, una tragedia argentina”, remarcó y luego señaló que “la impunidad ejercida (sobre este caso) ha alejado todo esfuerzo para encontrar justicia”.

En este sentido agregó: “Hoy venimos a honrar, más que nunca, la memoria de las 85 víctimas, cuyas vidas fueron truncada aquel 18 de julio y cuya herida aún no para de sangrar”, subrayó.

Tras nombrar a cada una de las víctimas del atentado, se realizó un minuto de silencio y se elevó una oración especial.

En la parte final de su mensaje, Wajcer pidió una vez más que “de una vez por todas se haga justicia” y mantener “nuestro derechos irrenunciables de exigir verdad, justicia y castigo a los culpables. Porque a memoria es el espejo en que miramos a los ausentes, pero también es el resorte que nos vincula el pasado y nos permite soñar con un futuro mejor”.

Así, finalmente sostuvo: “La memoria requiere un riego continuo, día a día, año tras año, para mantenerla firme y que no se seque”.

Posteriormente, se hizo un homenaje especial a la víctima Paola Sara Czyzewski y a través de ella a todas las demás.

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