“El remís dejó de ser una actividad rentable para convertirse en una labor de subsistencia”, reflejó a época el vocero del sector, Juan Castillo. Afirmó, además, que antes de la pandemia había 3.100 coches en servicio. Hoy, circulan por esta capital solo 1.500 unidades.
Los remises capitalinos aplicaron ayer su segunda suba del año y su mínima pasó de 300 a 350 pesos. Teniendo en cuenta todo el cuadro tarifario, el incremento promedio fue del 12%.
Este “movimiento” de precios del sector, anticipado por época en la edición del jueves, dio pie a un dato que no pasó desapercibido, ya que Juan Castillo, titular de la Asociación de Remises de Corrientes, señaló en esa oportunidad que antes de la pandemia (marzo del 2020) había 3.100 coches brindando ese servicio y que hoy solo quedan en actividad 1.500 unidades (se redujo un 51% su parque automotor).

“La reducción de la cantidad de unidades en servicio es una realidad que nos toca atravesar en esta difícil coyuntura socioeconómica que vive el país”, reconoció el vocero, en un nuevo contacto con este matutino.
En ese sentido, el transportista local amplió su observación: “El remís dejó de ser una actividad rentable para convertirse en una labor de subsistencia, y esto lo digo porque antes, si uno trabajaba bien con un coche, podía reinvertir lo ganado y expandirse. Hoy, la recaudación sirve únicamente para poder comer y pagar las cuentas”.
A párrafo seguido, Castillo reflejó que son varios los factores que generaron este presente para el rubro. “En 2018, un auto nuevo valía 500 mil pesos. Hoy, un 0km cuesta cerca de 5 millones de pesos y como no hay disponibilidad, los usados del mercado se cotizan caros”, explicó y añadió: “Los automóviles con cuatro o cinco años de antigüedad no bajan de los 3,5 millones de pesos, cifra impagable hoy para un trabajador del volante o un pequeño empresario”.
Bajo esa impronta, narró que “durante la pandemia lo que ocurrió es que, ante la reducida movilidad, muchos propietarios eligieron venderlos y reinvertir ese dinero en otra cosa, al no poder cambiar sus autos. Eso fue recortando las flotas. Con el agravante económico de los últimos 18 meses, la falta de unidades fue aún mayor”.
Hoy, un conductor que quiere alquilar un coche para brindar servicio de remís tiene un costo estimado en diez mil pesos por jornada, ya que rentar la unidad puede costarle entre cuatro y siete mil pesos, y a eso debe agregarle la carga, en promedio, de unos 15 litros de nafta.
“No hay que desesperarse. Si se logra un poco de equilibrio en la economía del país y se frena la inflación, se puede volver a obtener un nivel de rentabilidad cercano al de años anteriores”, se esperanzó Castillo.