Las redes sociales comenzaban a ser invadidas con la imagen de un nene de tez trigueña que posaba con una sonrisa un tanto tímida y con una remera de color turquesa que en su frente tenía impresa una frase en inglés “find your way” (encuentra tu camino). A la foto le acompañaba el texto de que un menor de cinco años de nombre Loan Peña se había perdido. La publicación no tardó en ser viralizada. Todo esto ocurría el jueves 13 de junio en horas de la tarde.
A la mañana del siguiente día los medios de comunicación de Corrientes nos hicimos eco de la desaparición y por lo tanto aportamos los nuestro para que a Loan puedan encontrarlo. Llegó el sábado 15 de junio y la noticia ya había llegado a los medios nacionales sobre que un nene se había perdido en un paraje del interior correntino.
La última vez que se supe de él fue cuando estaba almorzando en la casa de su abuela en el paraje Algarrobal de la localidad de 9 de Julio. Hasta ese lugar había llegado tras cabalgar por dos horas junto con su padre de quien no podría desprenderse en ningún momento. “Me levantaba y él me seguía. Ponía la pava y él tomaba el mate. Me seguía a todos lados”, reveló José Peña sobre el apego que tenía con su hijo menor.

Fueron pasando los días y todos nos empezamos a preguntar lo mismo: ¿Qué pasó con Loan? Este sábado se cumple un mes que esa pregunta no tiene una respuesta concreta. Ya son 30 días que una madre sueña que lo traen con vida a su niño. 30 días de que María Noguera se aferra a su fe y confía en volver a ver Loan en su cama mirando dibujos en el celular o tocando su pequeño acordeón. “Al que lo tenga que no lo haga sufrir”, rogó María en reiterado ocasiones frente a las cámaras televisivas.

Ese dolor de madre se multiplica en millones de argentinos y argentinas, que empatizan con esa humilde familia que todos los días sonreía a la par de ese niño que –como otros tantos de su edad- solamente buscaba compartir momentos de felicidad con su mamá, papá y hermanos.
Ya hace un mes que todos somos Loan, y que reclamamos por su aparición. Que a nadie más le gane la ansiedad y que cada vez suene más fuerte el grito “con vida lo llevaron, con vida lo queremos”.