Tras una hora y media de vuelo el avión no pudo aterrizar en el aeropuerto Piragine Niveyro de nuestra ciudad por las inclemencias climáticas.
Los encargados de la nave decidieron entonces algo insólito: el regreso a Buenos Aires.
Ya en CABA, la empresa anunció la reprogramación del vuelo para el 1 de noviembre, o sea 6 días después de la fecha original del viaje.
Según versiones, la mayor parte de los pasajeros prefirió volver en colectivo de larga distancia, y en ese sentido aseveraron que la aerolínea no se hizo cargo ni ofreció transporte para resarcir el problema.
Ante estos casos, la Administración Nacional de la Aviación Civil resalta que, ante casos de cancelaciones o demoras por cuestiones no imputables a la empresa no ha podido prever, “la obligación de prestar servicios incidentales no procede, siendo sólo exigible la de reencaminar al pasajero a destino, o bien la inmediata devolución si correspondiere, del precio del contrato del transporte no utilizado y conforme a las modalidades de pago efectuadas”.