Alfred Hitchcock enseñó el terror que puede generar una invasión de pájaros. En The Birds de 1963, la escena en la que Tippi Hedren es atacada a picotazos queda guardada en la retina de quien la mira por su brutalidad y realismo.
En esta ocasión la localidad de Hilario Ascasubi, al sur de la provincia de Buenos Aires se vive una suerte de versión criolla de The Birds, pero esta vez no es un film. Hilario Ascasubi es un pueblo que vive hackeado por 70 mil loros barranqueros que producen cortes de luz, suciedad y ya se estudia el riesgo de enfermedades.
Hilario Ascasubi es una pequeña localidad de 5 mil habitantes. Este pueblo ya había sido noticia,se contó otro hecho sorprendente que sucedió en suelo hilariense: el nacimiento de un ternero de dos cabezas.
Ubicada en el partido de Villarino, en el sur bonaerense, Hilario Ascasubi es un pueblo que vive de la horticultura y la industria apícola. También es uno de los centros de mayor producción de la semilla de alfalfa en nuestro país. Hilario, además, es reconocido en toda la zona por su tradicional Fiesta de la Cebolla, en homenaje a estas hortalizas, que son una atracción y un emblema local.
Este tranquilo sitio está perturbado hace seis meses por 50 mil de estos alados que coparon el pueblo y dejan sus heces en las lugares públicos, techos y jardines de las casas particulares. Esto puede provocar un problema derivado de transmisión de enfermedades.
Nada resulta contra los loros barranqueros
De hecho, los habitantes de Hilario plantearon que la muerte de una persona de 50 años en la localidad fue por psitacosis, una enfermedad que transmiten loros y cotorras. Además, estos animales generan constantes y fuertes cortes de luz producto de los cables de alta tensión que son chocados y golpeados por el vuelo de los loros.
Los vecinos y el Municipio hacen cosas permanentemente para erradicar esta plaga, pero hasta ahora ha sido en vano. Desde movilizaciones para reclamar respuestas a las autoridades. El Municipio de Villarino disparó láser de calor contra estos animales y el pueblo hizo campaña de ahuyentamiento de loros en la que se realizaron ruidos con la ayuda de muchos hilarienses.
Según testimonio de vecinos, los loros temían a los láser que producen calor, pero fueron aprendiendo que estas luces no eran peligrosas y empezaron a volver a sus posarse de a miles en techos y cableados de luz.
Si bien esta noticia parece ser un exponente del realismo mágico latinoamericano, la realidad es mucho más científica. Según expertos medioambientales citados por La Nación: “la invasión de loros es producto del desmonte de la zona”.
Pérdidas millonarias
El ingeniero Francisco Pérez, gerente de la Cooperativa Eléctrica de Pedro Luro, elaboró un informe donde releva los daños provocados por la presencia de los loros en la región. Evaluó que, en un año, la cooperativa tuvo pérdidas por 64 millones de peso atribuidas a la presencia de los barranqueros.
El pueblo sigue en estado de alerta y por ahora no hay solución a la plaga de loros barranqueros. Hay vecinos que exigen que el Gobierno nacional levante la protección que hay con esta especia, que hace años, se encontraba bajo peligro de extinción.