Reconocieron su contribución al progreso y desarrollo urbano a través de la prédica y práctica activa de la solidaridad comunitaria.
El Concejo Deliberante capitalino (HCD) entregó ayer en la sede del Arzobispado el título honorífico post mortem de Ciudadano Ilustre otorgado al presbítero diocesano Pablo Marcial Roldán Bogado.
Este religioso, conocido aquí como “el cura gaucho”, realizó una gran contribución al progreso y desarrollo urbano de la ciudad a través de la prédica y práctica activa de la solidaridad comunitaria. En 1964 fundó la parroquia y la Escuela Santa Teresita del Niño Jesús, fue impulsor de la Primera Peregrinación Juvenil del NEA a Itatí, apuntaló comedores y realizó una intensa labor de contención espiritual.
Dado que el padre Roldán no tiene parientes, el reconocimiento (máximo galardón brindado por el Deliberativo comunal) fue entregado, por el presidente del HCD, Marcos Amarilla, al arzobispo José Adolfo Larregain. Además asistieron los ediles: Yamandú Barrios (uno de los mentores del reconocimiento) y Gabriela Gaúna.
El arzobispo Larregain destacó la “labor pastoral incansable y el compromiso con la comunidad” del homenajeado. El franciscano enfatizó que la distinción se debe a su “dedicación a los más necesitados, especialmente desde el ámbito de la educación”.
De igual modo, el Prelado mencionó obras fundamentales asociadas a su figura, como el Colegio Santa Teresita, la Parroquia Santa Teresita y el PAIN Doctor Francisco Soler, resaltando que el “cura gaucho” tuvo una “mirada tan integral donde la evangelización ha ido de la mano también de la promoción, especialmente desde los valores tan importantes como es la educación”.
Larregain concluyó su reflexión citando una máxima que, según él, define la obra del sacerdote: “pequeñas acciones realizadas por pequeñas personas en pequeños lugares son los que pueden transformar y cambiar el mundo”, afirmando que el “cura gaucho” fue uno de esos ejemplos.
Un pedido de la comunidad
El concejal Yamandú Barrios, quien junto a su par Cecilia Ojeda Duarte propuso esta distinción, resaltó que el reconocimiento coincidió con el centésimo aniversario del natalicio del padre Pablo Roldán, calificándolo como un “hombre extraordinario y un adelantado” y que esta iniciativa surgió por un pedido de la propia comunidad de la parroquia Santa Teresita.
El edil detalló el impacto directo del sacerdote en el desarrollo barrial, mencionando su rol en la construcción de la parroquia, el trazado de calles, la instalación de cordón cuneta y la llegada de líneas de colectivo al barrio Santa Teresita.
Además de su labor educativa y comunitaria, el concejal recordó su trabajo como capellán del cementerio, donde “dio de comer, vistió y educó a los aguateritos”.
Barrios enfatizó que Roldán creo el recordado Grupo Fraternidad, que facilitó la participación activa de personas con discapacidad, adultos mayores y adolescentes en la Iglesia Católica, formando a los primeros catequistas con capacidades especiales de la ciudad.