Vivir tiene sus bemoles, la vida nos toma examen y debemos estar preparados para cuando llegan las lecciones. Uno de los exámenes más grande que me tocó vivir, cáncer de mamas
Un carninoma lobulillar puede decirse que tiene género y especie, no puedo dejar de asociarlo a la clasificación de un ser vivo porque de repente cobró vida en mi cuerpo algo que según mi interpretación me podía quitar la vida.
Durante tres años controlamos un nódulo que crecía, que estaba fijado a la piel y que parecía nada. En un momento lo que no era “nada” se convirtió en un alien. Este diagnóstico inició un 23 de marzo de 2021 con una ecografía mamaria.
Cambié de médico, éste realizó la biopsia y se corroboró que efectivamente tenía cáncer. Y allí aparecen otras cosas. Miedos, con el diagnóstico tiemblan hasta los tuétanos. Saber que tenía cáncer y que había un montón de cosas que no sabía.
Incertidumbres y sentarme a esperar, el no saber si estás en primer, segundo, tercer o cuarto estadío (para cuidados paliativos). No saber que pensar, ni decir y lo peor es que no podía hacer nada.
Certezas: me brindó algo de calma que mi nuevo médico dijera: “para todo hay protocolos y hay que seguirlos. Trabajamos en base a evidencias”. Luego de mi diagnóstico visualice y nombre lobo a mi cáncer. Me encontré en un bosque con un lobo feroz, ambos con miedo, ambos asustados y solos.
Entablé un dialogo en donde le decía “ambos estamos asustados, aunque me comprometo a ir acercándome muy lentamente, iré brindándote energía, calor, compañía y guía para que vuelvas con tu manada, a las estrellas donde perteneces” Evitaré luchar contigo, te daré amor. No seré sumisa ante tu agresión, accionaré con suavidad, firmeza y confianza para que superemos esta situación de miedo y oscuridad. Cada día será de aprendizaje y luz.
Tras las quimios
La familia se volvió la base fundamental, apoyo incondicional y fuente de fortaleza Hubo muchos cambios, de rutina, alimentación, actividad física. Que se me caiga el cabello. Pasar de una cabellera de 60 centímetros a estar calva. No poder tomar sol, ni comer vegetales frescos
Hacer foco en permanecer con vida, en lo que me gustaba, en con quien quería estar, que si quería hacer cada día. Evité conversaciones internas sin sentido, elegí adecuadamente mis pensamientos y palabras. Seleccioné lo que sí necesitaba. Ya sean personas, herramientas, lugares, situaciones o cosas, ya que “no todo, es para todas las personas”, me dijo una amiga
Eso sí, le dije al lobo, yo me quedaré en la Tierra transitando bastante tiempo más, porque aún no es mi tiempo de regresar a las estrellas. Aun me quedan cosas por experimentar y aprender. No se cuales, aunque elijo seguir percibiendo aromas, escuchando trinos de pájaros, saboreando mangos, ananás y frutillas.
Para terminar a aquellas que son pacientes les pido, sigan su intuición, busquen segundas opiniones, respeten su proceso, busquen apoyo. Y a las que aún no son pacientes les pregunto ¿ustedes, a qué lobo tienen sentado al lado y no han observado aún? Mírenlo de frente ya que si le dan la espalda se las comerá
Conciencia y capacidad de elección