Hasta incluso ingresó en uno de los cuartos oscuros cuando los fiscales generales de los diferentes partidos estaban reponiendo boletas de sus fuerzas a las que representaban.
Luego, se dirigió a donde se encontraba su dueña, haciendo la fila para poder sufragar, pero nuevamente decidió pegar otra vuelta por las demás mesas donde se encontraban votando.
El perro negro fue uno de los tantos animalitos simpáticos que aparecieron en los diferentes establecimientos para acompañar a sus dueños a emitir su voto en esta nueva decisión electoral, ante la mirada de propios y extraños que se reían de sus travesuras.

Comentarios de Facebook