Fue la primera votación de Gerardo Werthein como canciller en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En la primera votación de la Asamblea General de la ONU con Gerardo Werthein como canciller, Argentina fue el único de los 168 países que formaron parte del encuentro en votar contra una resolución sobre derechos de los pueblos indígenas.
Durante el encuentro en Nueva York, se discutió el escrito que propone la adhesión, en rasgos generales, a la protección de los derechos de comunidades originarias en cuestiones como justicia, medioambiente y preservación de creencias espirituales, conocimientos ancestrales y lenguas.
La propuesta fue impulsada por Bolivia, Dominica, Ecuador, Liberia, México, Paraguay y Venezuela y además lleva la firma de Armenia, Brasil, Canadá, Colombia, Dinamarca, El Salvador, Estonia, Finlandia, Guatemala, Honduras, Islandia, Noruega, Nicaragua, Perú y Suecia.
El documento fue apoyado incluso por Estados Unidos, país al que la administración de Javier Milei suele alinearse, y sólo hubo siete abstenciones: Francia, Laos, Lituania, Mali, Rumania, Bulgaria y Eslovaquia.
Qué dice el documento de la ONU que rechazó Argentina
La resolución remarca la importancia de promover y cumplir los objetivos de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas a partir de la cooperación internacional para apoyar los esfuerzos realizados en el plano local y regional. Destaca además el derecho de los pueblos indígenas a conservar sus propias instituciones políticas, jurídicas, económicas, sociales y culturales y su derecho a participar plenamente, si lo desean, en la vida política, económica, social y cultural del Estado.
“Es necesario reconocer, respetar, promover y proteger los derechos de los pueblos indígenas y sus territorios, tierras y ecosistemas, salvaguardando al mismo tiempo sus tradiciones, creencias espirituales y conocimientos ancestrales, de reforzar sus propias instituciones políticas, jurídicas, económicas, sociales y culturales, manteniendo a la vez su derecho a participar plenamente, si lo desean, en la vida política, económica, social y cultural del Estado, y de garantizar su derecho a participar en la adopción de decisiones sobre asuntos que afecten a sus derechos, con arreglo a la legislación”, señala en uno de sus párrafos.
A su vez, el texto expresa una “profunda preocupación por el aumento de la discriminación, el discurso de odio, la estigmatización, el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia” y condena “amenazas, hostigamiento, represalias y asesinato de miembros de los Pueblos Indígenas, en particular mujeres y niñas, y personas con discapacidad, a menudo con impunidad, así como de invasiones de tierras, desalojos forzosos arbitrarios y otras prácticas abusivas”.
Por último, el documento de la ONU agrega: “Mostramos también preocupación por la práctica de algunos países, incluidos los que celebran reuniones sobre cuestiones indígenas, de demorar o denegar de forma intencionada o discriminatoria visados de entrada a titulares de mandatos de las Naciones Unidas o representantes de los pueblos indígenas, o de aplicarles restricciones de viaje adicionales que interfieren, entre otras cosas, con su capacidad para participar en esas reuniones o para regresar de ellas”.