Comisarías clandestinas y créditos sin transparencia: alertan sobre la intervención de China en América Latina

Agustín Barletti, periodista y escritor, es autor de “El hambre del dragón. El plan de China para comerse el mundo”. En su libro explica de dónde vienen sus advertencias sobre la intervención del gigante asiático en la región. Aquí, cómo descargarlo.

El libro anticipa desde la tapa el tema central que lo ocupa. Se llama El hambre del dragón. El plan de China para comerse el mundo y lo escribió el periodista, editor y escritor Agustín Barletti, que no duda en mostrarse preocupado por los avances del país más poblado del mundo por la región latinoamericana. “China tiene hambre de conquistar el mundo”, asegura el autor.

Un gran registro documental y una investigación profunda sobre el país y su vínculo con Latinoamérica le permitieron al escritor argentino adentrarse en describir, tal vez, uno de los objetivos máximos del gigante asiático: desafiar la supremacía occidental y recuperar un lugar que ha atravesado su historia a través de la defensa acérrima del nacionalismo.

¿Qué estrategias implementa el régimen encabezado por Xi Jinping para alcanzar esa meta? Barletti menciona la avanzada de un sistema autocrático a fuerza de vigilancia —como el episodio de febrero de 2023 en que un globo espía sobrevoló Estados Unidos y luego fue derribado (y también en Colombia y Perú)—, armamento tecnológico —a través de aplicaciones como Zoom y TikTok— y la titánica empresa Huawei, comisarías clandestinas, amenaza a los disidentes, la pesca ilegal yla adquisición de puertos en todo el planeta son algunos.

El dato que mayor alerta le genera al autor es este: China es acreedor de todos los países de América Latina, a los que extorsiona de distintas formas. México, Colombia y Perú cuentan a China como uno de los mayores acreedores. ¿Cómo están pagando, entonces? Dice Barletti que con comisarías clandestinas, obras en puntos estratégicos de infraestructura como el Tren Maya en México, el Metro de Bogotá, el puerto de Chancay, el narcotráfico, el tráfico de armas y la depredación de mares y océanos podrían dar alguna pista. En las más de 350 páginas de investigación, Barletti aporta bibliografía, investigaciones de distinta índole y datos contundentes sobre la nación que persigue el liderazgo mundial, entre autoritarismo y violación a los Derechos Humanos.

Barletti, cuyo libro se presentó con gran éxito en la última edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, define a China como “una suerte de Gran Hermano” y dice que“están haciendo un espionaje permanente de todo lo que pasa en el mundo”. ¿Existe alguna forma de frenarlo? El autor dice que sí y da una clave: “Viene una guerra fría tecnológica que es el que el que controle los chips, los semiconductores, va a dominar el mundo”. “Todo esto está pasando frente a nuestras narices y cuesta verlo, pero hay que verlo” porque “está haciendo un desequilibrio geopolítico colosal en una zona súper súper caliente”, concluye y alerta.

—¿De qué tiene hambre este dragón?

—De conquistar el mundo. China es un país que lleva 5.000 años sobre sus espaldas, que tiene una historia de grandeza que fue trunca por el sistema utilizado, por el propio comunismo. Frente a una eventual apertura, China empezó a tener una necesidad total de conseguir materias primas, de alimentos para su población y de empezar a influir en diversos países del mundo. Así es cómo empezó a trabajar muy fuerte, sobre todo en aquellos países con economías más precarias, que no tienen acceso al crédito convencional y, además, países en que cuanto más corrupto su gobierno, mejor. Así han logrado penetrar en estos países y han hecho desastres.

—En libro profundiza sobre la situación de América Latina, ¿debería haber preocupación?

—Mucha.

—¿Por qué?

América Latina y el Caribe es el segundo mayor destino de las inversiones extranjeras de China. Estamos hablando de 2.700 empresas de capital chino que están operando hoy en la región, que son todas estatales, es decir, dependen directamente del Partido Comunista de Chino y es una manera de generar un desembarco en el continente. La mayoría de las empresas están destinadas fundamentalmente a lo que es infraestructura de transporte, energía, valores estratégicos para China. Lo primero que ve China en América Latina es un gran proveedor de recursos naturales, en particular estamos hablando de petróleohierro, cobre y soja. En esta región encuentra lo que realmente necesita.

—En el libro menciona que China es uno de los principales acreedores de México, Colombia y Perú, ¿qué impacto tiene esto en esos países?

— Las acreencias no son solamente por los préstamos. Cuando hablamos de obras como el Tren Maya en México son 20.000 millones de dólares, o el Metro de Bogotá, China es quien las financia. Cuando hace y financia estas obras tiene una doble función. Por un lado, de prestar el dinero para luego condicionar a los países, pero también está financiando su propia industria. La condición única que pone es que se le compre solamente a China los materiales y los repuestos, así quedamos atados. Un caso emblemático donde se ven temas cruzados de corrupción y temas cruzados ambientales es en la construcción del Tren Maya, que es uno de los de las obras de infraestructura más caras que tiene López Obrador.

—Empecemos por México, ¿cuál es la situación del país respecto a China hoy?

México es estratégico, primero, porque es vecino de los Estados Unidos. Se empezó a ver muy fuerte la situación cuando en el año 2018 el presidente Donald Trump puso el 25% de arancel a todas las mercaderías importadas. Con lo cual, muchas empresas chinas decidieron desembarcar en México y que salga todo más barato y, en lugar de decir “Made in China” dice “Made in México”. El Estado de Nuevo León,que está muy cerquita de la frontera de los Estados Unidos, tiene un gobernador, Samuel García, que está enamorando de la inversión extranjera. Después de Ciudad de México, es el lugar de mayor recepción de inversiones.

—¿Podría ser por vigilancia, también?

—Tomando en cuenta los ejemplos que ya existen en distintos lugares del mundo, a mí no me extrañaría que alguna de estas empresas estatales chinas que dependen del Partido Comunista y del Ejército Popular de Liberación de China terminen siendo bases de espionaje frente a los Estados Unidos. Cuando se habla de que Latinoamérica es el patio trasero de Estados Unidos, creo que hoy no. Ese patio trasero lo tiene China.—El Tren Maya fue una de las 100 promesas de López Obrador en su campaña, ¿qué rol juega China en esto?

—En el proyecto de construcción del Tren Maya es donde se cruzan las influencias chinas, la corrupción y la geopolítica. La obra se la dieron a un grupo estatal que es el China Communication Construction Company, el brazo ejecutor del Partido Comunista Chino, que también lleva adelante la mayoría de obras de infraestructura en el mundo, tiene un historial de corrupción y de ineficiencia que la verdad asustan. No nos va a llamar la atención que en 2022 se haya gastado en el Tren Maya un 185% más de lo que había presupuestado la Cámara de Diputados. Estamos hablando de un aumento de 14.000 millones de dólares con respecto a lo que era el presupuesto inicial de 6.000 millones. También está la cuestión ambiental, de preservación de Cenotes, de ruinas mayas, la flora y la fauna. Pero el gobierno La preocupación de México respecto a China tiene que ser absoluta.

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