Su polémica figura despierta sentimientos encontrados. Sus seguidores lo aman con la misma intensidad que lo odian sus detractores.
“Ama a su familia”. Esa fue la única cosa positiva que Kamala Harris pudo decir de Donald Trump,su rival en las elecciones presidenciales de este martes en Estados Unidos. Le habían pedido destacar tres características favorables del candidato republicano, pero solo se le ocurrió una.
Trump es uno de los personajes más odiados y amados de los Estados Unidos. A los 78 años, este multimillonario empresario inmobiliario intentará volver a la Casa Blanca con una condena penal sobre sus espaldas, varios procesos judiciales en curso y después de dos frustrados intentos de asesinato en plena campaña electoral.
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Sus seguidores están convencidos de que solo un fraude puede impedir su triunfo en las elecciones, algo que él mismo se encargó de alimentar. Con un estilo que sus detractores juzgan violento y hasta xenófobo, Trump quiere convertirse en el 47 presidente de los Estados Unidos.
¿Quién es realmente Donald Trump?
Hay algo innegable a favor del magnate republicano: su enorme ambición para hacer negocios, su olfato político y su capacidad de sobreponerse a la infinidad de obstáculos, como la andanada de procesos judiciales que enfrentó en los últimos meses y que viene surfeando en el tramo final de la campaña.
Pero ante sí tiene aún dos grandes escollos. En primer lugar, las propias elecciones del martes en las que enfrentará a una ascendente Kamala Harris. Tres semanas después, el 26 de noviembre, deberá sortear la posibilidad de una sentencia a prisión. El juez Juan Merchan le dictará condena ese día por falsificar documentos de campaña para efectuar un millonario pago a la exactriz porno Stormy Daniels con el propósito de evitar un escándalo sexual antes de las elecciones de 2016.
Las opciones son tres: una simple multa, libertad condicional o hasta cuatro años de prisión. Pero a ninguno de sus seguidores le importa saber que, si gana las elecciones, el magnate podría llegar a ser el primer presidente de la historia no solo con una condena efectiva, sino también en gobernar desde una celda, algo que no prohíbe explícitamente la Constitución.
Si algo demostró el Trump político es que supo reponerse a todo. Mil veces lo dieron por muerto y mil veces volvió a la primera línea de combate, incluso fortalecido. Sus propuestas radicales, revestidas de un fuerte componente nacionalista y xenófobo, como la expulsión masiva de inmigrantes, captaron la atención no solo de los Estados Unidos profundo y del sector más conservador y religioso del país, sino también de vastas comunidades latinas, como la cubana, que cimenta hoy su abrumadora ventaja en la Florida.
Trump, de exitoso empresario a figura mediática
Pero antes del Trump político existió otro Trump, más inclinado hacia el personaje público y mediático, como un empresario exitoso que condujo su propio “talk show” bautizado “The Apprentice”. Allí disfrutaba despedir a los candidatos que buscaban dirigir una de sus empresas con su explosivo grito de guerra “¡you are fired!” (¡estás despedido!) que se hizo famoso en el país. De hecho, fue el presentador del programa durante 14 temporadas. Solo lo dejó para asumir su primera presidencia en 2016, cuando derrotó a la favorita, Hillary Clinton.
Trump es padre de cinco hijos, de tres mujeres diferentes. Durante su vida ha ofendido a extensos sectores de la sociedad, como a las propias mujeres con discursos misóginos y hasta denuncias de abusos, pero nada detuvo su popularidad, incluso entre el electorado femenino.
Es un orgulloso neoyorquino. Allí se asienta la Torre Trump, la sede de todos sus negocios. Pero como empresario no se hizo de la nada. A los 25 años asumió la exitosa empresa familiar de bienes raíces y construcción, que años después se conocería como Trump Organization.
Desde allí amasó una enorme fortuna a través de la construcción, renovación y gestión de torres de oficinas, campos de golf, hoteles y hasta casinos. Pero su cara empezó a hacerse conocida a través de su participación como accionista principal en populares concursos de belleza como Miss USA y Miss Universo, entre 1996 y 2015. En 1992 actuó incluso en la taquillera película Mi Pobre Angelito II en la que se interpretó a sí mismo en un pequeño papel. Ya entonces era un personaje público reconocido a nivel mundial.
La revista Forbes estima que su fortuna está valuada hoy en unos 3100 millones de dólares. Este martes intentará ganar, otra vez, la presidencia de los Estados Unidos.