El multimillonario australiano Anthony Pratt tuvo idas y venidas con el presidente electo de Estados Unidos, que recientemente lo definió como un un “rarito pelirrojo”.
El multimillonario australiano Anthony Pratt, presidente de Pratt Industries, es una de las figuras más importantes en el sector del reciclaje y embalaje en Estados Unidos. Su compañía, especializada en fabricar cajas de cartón a partir de materiales reciclados, es la mayor productora de cartón reutilizado en ese país. Sin embargo, al margen de su éxito empresarial, su nombre también fue noticia por una polémica junto a Donald Trump, que regresará a la Casa Blanca en enero de 2025 para comenzar su segundo mandato como presidente.
El “rey del cartón” y su imperio de reciclaje en EE.UU.
La estrategia de Pratt Industries consiste en ubicar fábricas cerca de grandes centros urbanos para aprovechar los residuos locales y reducir los costos de transporte. A diferencia de sus competidores, que deben estar cerca de fuentes de madera, su negocio se centra en el reciclaje de papel y cartón.
Pratt estima que su compañía, que actualmente produce alrededor de 12 millones de cajas al día y opera en más de 130 ubicaciones en 26 estados de EE.UU., salva aproximadamente 50.000 árboles diariamente. “Nosotros estábamos en el reciclaje antes de que el reciclaje fuera algo de moda”, expresó en una entrevista con Forbes.
Una relación con Trump que levantó sospechas y las repercusiones legales
El vínculo cercano entre Pratt y Trump comenzó a trascender en 2017, cuando el empresario australiano se unió al exclusivo club privado Mar-a-Lago, propiedad del presidente electo de Estados Unidos. Además, se manifestó en reiteradas oportunidades a favor de las políticas económicas del líder republicano, especialmente las reformas fiscales de 2017 que redujeron los impuestos corporativo. A cambio, se comprometió a invertir 2000 millones de dólares en la creación de puestos de trabajo. “Prometimos crear 5000 empleos bien remunerados, principalmente en el Medio Oeste”, comentó a Bloomberg en 2019.
En 2019, Trump visitó una de las fábricas de reciclaje de papel de Pratt en Ohio. Sin embargo, en 2023, esa relación quedó en medio de una gran controversia. Es que varios medios estadounidenses informaron que el político supuestamente compartió con Pratt información confidencial sobre submarinos nucleares de EE.UU. después de dejar la presidencia.
De acuerdo con investigaciones de ABC News, Trump habría discutido detalles sensibles sobre submarinos nucleares con Pratt en Mar-a-Lago, incluyendo el número de ojivas nucleares que cargan estos navíos y la distancia a la que pueden operar sin ser detectados. Según reportes, Pratt divulgó esa información a docenas de personas, entre ellas periodistas y funcionarios extranjeros. Los documentos, que el Departamento de Justicia afirma fueron retenidos indebidamente por el republicano después de dejar la Casa Blanca, son parte de una investigación sobre violaciones de la Ley de Espionaje.
En los últimos años, Pratt se comprometió a ayudar en eventos de recaudación de fondos para Trump y hasta ofreció su apoyo logístico para la fiesta de reelección de Trump en 2020.
La mudanza definitiva de Pratt a Estados Unidos y la tensión con Trump
En noviembre de 2024, poco después de la victoria electoral de Trump, Pratt anunció en LinkedIn que se mudaría definitivamente a Estados Unidos después de obtener su residencia permanente. En su publicación, el magnate agradeció la concesión de la green card. “He construido negocios y creado empleos en Estados Unidos durante más de 30 años”, remarcó.
En este contexto, avanzan las investigaciones en torno a su relación con Trump y el supuesto intercambio de información confidencial. No obstante, el presidente electo fue contundente. A través de Truth Social, desmintió haber compartido secretos militares con Pratt y llegó a referirse a él como “un rarito pelirrojo de Australia”, lo que dejó en evidencia el deterioro en la relación entre ambos.