El grupo terrorista lanzó más de 140 misiles a Israel, en el mayor ataque del último año. Fuerte preocupación de Estados Unidos por una escalada.
El conflicto no deja de escalar entre Israel y el Hezbollah, que se encuentran a las puertas de desatar una nueva guerra en Medio Oriente. En la mañana de hoy el grupo terrorista que opera en el Líbano lanzó más de 140 cohetes contra el norte israelí, el mayor ataque desde el 7 de octubre del año pasado.
Israel respondió rápidamente con un fuerte bombardeo sobre Beirut, la capital libanesa, y otros puntos del país. Estos lanzamientos “selectivos”, tal como aseguraron las fuerzas de Defensa israelíes (IDF, en inglés) alcanzaron el búnker de Ibrahim Aqil, uno de los más altos mandos del Hezbollah que, inclusive, tenía un pedido de captura por parte de los Estados Unidos.
“Bajo la precisa dirección de la División de Inteligencia, aviones de combate de la Fuerza Aérea atacaron el área de Beirut y mataron a Ibrahim Aqil, el jefe de Operaciones de la organización terrorista Hizbulá”, se indicaron en un comunicado militar.
Ibrahim Aqil se unió a Hezbollah en los años 80 y desde 2004 ejercía como jefe de Operaciones, siendo el responsable de los bombardeos y ataques con misiles anti-tanque, según el Ejercito israelí. Washington también le acusaba de haber participado en la década de los 80 en secuestros de ciudadanos estadounidenses y alemanes en Líbano.
Por su parte, la organización chiita anunció que 8 personas murieron y otras 59 resultaron heridas por los bombardeos sobre Beirut, al tiempo que aseguró que habían alcanzdo una base de inteligencia israelí desde donde, supuestamente, se desarrollaba parte de la planificación de los ataques.
Tal fue la escalada de los últimos días que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, retrasará un día su partida a Nueva York, inicialmente prevista el 24 de septiembre, debido a la situación de seguridad en la frontera con Líbano, informó AFP.
Justamente, desde Estados Unidos mira con máxima preocupación lo que pasa entre el Líbano e Israel. Desde la Casa Blanca entienden que el inicio de una incursión terrestre israelí sobre el sur libanés -uno de los planes que podría tener Jerusalén-, podría desencadenar un conflicto en todo Medio Oriente casi incontrolable.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, rompió este viernes su silencio y aseguró estar “trabajando” para el retorno de las poblaciones desplazadas a ambos lados de la frontera. Más de 60.000 fueron evacuadas del norte de Israel, mientras que en el Líbano la cifra podría ser igual.