Fue el mayor encuentro religioso de los últimos 25 años en Roma. El Pontífice ofició la misa principal y animó a los jóvenes a vivir con alegría, fe y compromiso. El evento reunió a representantes de 146 países y lo califican como un “Woodstock católico”.
Ante una convocatoria histórica que superó el millón de asistentes, el papa León XIV clausuró este domingo el Jubileo de los Jóvenes en Roma con un mensaje claro: “Sigan caminando con alegría tras las huellas del Salvador, y lleven su entusiasmo al mundo”. La misa, celebrada en una explanada de más de 500.000 metros cuadrados en Tor Vergata, en las afueras de Roma, se convirtió en la mayor manifestación juvenil católica de las últimas décadas.
El evento, que cerró una semana de actividades religiosas y culturales, marcó un hito en el Año Santo. Miles de jóvenes peregrinaron desde 146 países y acamparon en la periferia romana para participar del encuentro con el pontífice, quien asumió su cargo hace apenas tres meses. Bajo un cielo soleado y temperaturas templadas, muchos pasaron la noche al aire libre, con sacos de dormir o carpas.
León XIV recorrió durante 40 minutos el predio en papamóvil entre aplausos, cantos y lágrimas. En su homilía, el Papa enfatizó la importancia de vivir con propósito: “La plenitud de nuestra existencia no depende de lo que acumulamos, sino de lo que con alegría sabemos compartir”. Invitó a los jóvenes a “mirar en alto, a lo eterno” y a no conformarse con “consumir o acumular”.
“Si están inquietos, están vivos”, les dijo. También les recordó que “la fragilidad no debe ser un tabú” y que “la felicidad verdadera nace del encuentro con Cristo”. Siete mil sacerdotes, 450 obispos y 20 cardenales concelebraron la misa, acompañados por un coro multitudinario.
El evento incluyó momentos emotivos, como la bendición a un bebé en primera fila y la mención de dos jóvenes fallecidas —una española y una egipcia— durante la vigilia del sábado. Además, el Papa pidió oraciones por un joven hospitalizado.
La misa fue el broche de oro de una semana intensa, que transformó espacios emblemáticos de Roma, como el Circo Máximo, en puntos de oración y confesión al aire libre. La televisión italiana RAI describió la jornada como un auténtico “Woodstock católico”, destacando la efervescencia, la música y el espíritu festivo de los jóvenes.
Antes de finalizar, el pontífice recordó palabras de su predecesor, el papa Francisco, y alentó a “aspirar a la santidad” desde el lugar que cada uno ocupa. La próxima edición del Jubileo de los Jóvenes será en Corea del Sur, dentro de dos años.
“Físicamente estamos cansados, pero espiritualmente nos sentimos llenos”, expresó Roberto, un joven argentino con banderas celestes y blancas. Para Carlos, llegado desde Honduras, “este encuentro es algo que no se olvida. Quisiéramos que durara más”.