Murió tras caer desde el techo de tinglado donde cortaba chapas

Investigan si una descarga eléctrica de la herramienta que manipulaba pudo haber sido la causa de que perdiera el equilibrio y se precipitara al piso. La víctima no llegaba colocada ninguna medida de seguridad, que pudo haberle salvado la vida.

Un obrero de 38 años perdió la vida ayer a la tarde luego de recibir una descarga eléctrica de la amoladora que manipulaba para cortar las chapas del techo de un tinglado, perteneciente a una concesionaria de automóviles en el que trabajaba sobre avenida Cazadores Correntinos. Cayó desde una altura aproximada de seis metros y falleció en el acto. Según indicaron fuentes oficiales, no contaba con ninguna medida de seguridad.

El hecho sucedió alrededor de las 14:30, en un negocio donde funcionaría “Roberto Automotores y Motos”, una compra y venta de vehículos usados ubicada en la esquina de avenida Cazadores Correntinos y Ramos Mejía del barrio 17 de Agosto de la capital correntina.

Según indicaron algunos testigos en la escena, el trabajador operaba una amoladora con la que estaba cortando los excedentes de chapa del tinglado. Al parecer, mientras finalizaba con el trabajo sobre la penúltima chapa, recibió una fuerte descarga eléctrica en sus manos e hizo que perdiera el equilibrio, perdió el control y cayó pesadamente contra la vereda del lugar goleando la cabeza y el rostro, lo que le produjo severas heridas y la muerte casi de manera inmediata.

Fuentes oficiales indicaron que el obrero no contaba con ninguna medida de seguridad colocada en su cuerpo, lo que habría hecho la diferencia en el resultado final del accidente.

La víctima fue identificada como Raúl Omar Miranda, de 38 años, con domicilio en el barrio Virgen de los Dolores y padre de dos menores. Justamente, uno de ellos llegó junto a su abuela a lugar del incidente. Por momentos se vivieron escenas de mucho dolor, ya que la mujer debió reconocer el cadáver de su hijo tirado en el piso, mientras que el chico, completamente angustiado, no dejaba de ver el estado en el que había quedado su padre a causa del lamentable incidente.

CORTABA LAS CHAPAS CON UNA AMOLADORA.

Todo parece indicar que tras recibir la fuerte descarga eléctrica el hombre se precipitó al piso sin ningún movimiento defensivo, según indicaron fuentes policiales. Es decir, que no alcanzó a anteponer sus manos para amortiguar el golpe contra el piso. En el lugar también se podía apreciar un alargue eléctrico con el que la víctima conectaba la amoladora y que quedó colgando desde el techo a la calle. Podría tratarse del artefacto que desencadenó la tragedia, ya que era notoria su precariedad.

Un dato que no pasó desapercibido para policías, rescatistas y muchos vecinos que llegaron al lugar es ver cómo los responsables de la concesionaria quitaron rápidamente el cartel del comercio, en medio de la confusión. Efectivos de la Comisaría Décimo Octava, de Bomberos Voluntarios y de la División Pericias de la Policía trabajaron en la escena.

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