Inflación, Presupuesto y deuda en pesos: la agenda urgente que encara el equipo económico tras las gestiones ante el FMI

El miércoles se conocerá el IPC de agosto. Un día después el Ministerio de Economía enviará al Congreso el proyecto de ingresos y gastos de 2023. El viernes pulseará la tasa de interés con el mercado en una nueva emisión de bonos

El equipo económico encarará desde el martes una agenda urgente tras la gira por los Estados Unidos y las gestiones ante el Fondo Monetario Internacional para acordar el resultado de la revisión de metas del segundo trimestre y comenzar a perfilar cómo transitará ese camino el Gobierno hasta fin de año. En esa hoja de ruta aparecen tres elementos decisivos: un nuevo dato de inflación, en este caso de agosto, que se prevé por encima del 6,5%, la presentación del Presupuesto 2023 y una nueva pulseada ante el mercado para determinar una tasa de interés para los bonos en pesos.

El ministro de Economía Sergio Massa y su equipo finalizarán este lunes su misión en Washington con encuentros de alto perfil. Por un lado, con David Lipton, asesor principal de la secretaria del Tesoro norteamericano Janet Yellen, y con la directora gerente del Fondo Monetario Kristalina Georgieva. Luego de días de trabajo técnico entre las partes, el Gobierno y el organismo preparan una declaración para oficializar cómo avanzó la revisión de cumplimiento de metas del segundo trimestre. En caso de que prosperara, el directorio del FMI deberá revalidarlo y así habilitar el giro de USD 4.000 millones, que serán destinados al repago del crédito anterior con el organismo.

Una vez regresados a Buenos Aires, el equipo del Palacio de Hacienda volverá al frente interno, que tiene a la inflación como uno de las preocupaciones centrales. El miércoles se dará a conocer el índice de agosto, que según estimaciones privadas rondaría el 6,6% y que llevaría así la suba de precios del último año a un número en torno de 75 por ciento. El sector privado, de hecho, reajustó sus proyecciones tras el 7,4% del IPC de julio y las previsiones que reúne el REM del Banco Central orillan el 100 por ciento.

Se espera que tras el dato de inflación del miércoles, horas después el Banco Central decida una nueva suba de tasas de política monetaria, que impactaría sobre el rendimiento de los plazos fijos en pesos para el ahorrista. En la actualidad, la tasa de referencia es de 96,82% (tasa efectiva anual) mientras que para los depósitos de hasta 10 millones de pesos es de 96,58% efectiva anual.

Otra respuesta, no inmediata que alista el Gobierno, tiene que ver con los programas de precios, que el secretario de Comercio Matías Tombolini comenzó a negociar en las últimas semanas con empresas de consumo masivo. Según anticiparon desde despachos oficiales, la nueva etapa del esquema (que comenzará en los primeros días de octubre), debería incluir más productos de primeras marcas, niveles de abastecimiento mayores y una diferencia de valores en góndola entre los productos que están fuera del programa y la canasta regulada.

Esa negociación se da en el marco de un retroceso en el peso relativo que tiene Precios Cuidados entre la canasta de productos que mide el Indec todos los meses. En enero, por ejemplo, el 10,4% del total de precios relevados por el organismo estadístico correspondían a ese programa, mientras que en julio había caído hasta el 5 por ciento. El resto de la política antiinflacionaria del Gobierno está sostenida, aseguran en el Palacio de Hacienda, en anuncios como el freno a la asistencia del Tesoro por parte del Banco Central y un camino de ordenamiento fiscal.

Tras ese dato, que se conocerá el miércoles y que marcará -tras el 7,4% de julio, los dos números de inflación más altos desde que Alberto Fernández asumió la presidencia-, la agenda continuará con la presentación del proyecto de ley de Presupuesto 2023, la hoja de ruta que Sergio Massa planteará ante el Congreso y que revelará cómo piensa el Frente de Todos la economía para el año electoral.

En ese texto informará cuáles serán las estimaciones oficiales de crecimiento de la economía, de inflación, del tipo de cambio, de comercio exterior, recaudación impositiva, gasto público, regímenes impositivos particulares y exenciones tributarias, entre otras variables. Algunos de los números centrales están determinados por el contenido de las conversaciones que el Gobierno sostuvo esta semana hasta este jueves con el staff técnico del FMI.

El Presupuesto 2023 establecerría para el año próximo un déficit primario equivalente a 1,9% del Producto Bruto, lo que implicaría un recorte desde el 2,5% del PBI con el que esa variable finalizaría este año. Esto implicaría una poda de 0,6 puntos porcentuales del Producto, de los cuales se cree que la mayor parte podría provenir del nuevo esquema de subsidios con tope de consumo. Para todo 2023 el ahorro fiscal orillaría el 0,5% del PBI.

Hay algunos números preliminares que el equipo massista deberá modificar o ratificar y que estaban plasmados en el anticipo presupuestario elevado al Congreso a fines de junio. La hoja de ruta también plantea que el PBI crecería en 2023 en un 3%, lo que marcaría una desaceleración respecto del 4% que aguardaba el ex ministro Martín Guzmán para este año. Analizado por componentes del Producto, el consumo privado avanzaría 3,2%, la inversión 4,8%, las exportaciones 8,1% y la importaciones un 5,6 por ciento.

Fuentes oficiales aseguran que la iniciativa que se conocerá dentro de una semana incluirá una partida cercana a los $800.000 millones para proyectos de obra pública. No significa, de todas formas, un número cerrado: esos $800.000 millones serán solo el presupuesto que provendrá del Tesoro, por lo que los acuerdos con entidades de crédito internacionales podrían aportar una tajada superior en moneda dura.

El viernes, en tanto, la Secretaría de Finanzas afrontará la primera licitación de deuda del mes, en este caso con un horizonte corto de vencimientos levemente mayor a los 90.000 millones de pesos, el próximo 20 de septiembre y que corresponden a una bono atado al índice CER. El último día del mes, en tanto, habrá obligaciones de pago por otros $100.000 millones de una letra del Tesoro a descuento. Es un monto mucho menor al que había en el calendario de pagos hace un mes. El 11 de agosto pasado una operación de canje redujo los vencimientos desde los 1,1 billones de pesos hasta poco más de $200.000 millones.

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