Si el contexto era complejo, la sequía y su impacto en la cosecha de trigo empeoraron aún más las proyecciones. Dudas sobre el cumplimiento de las metas pactadas con el FMI
Si el Gobierno esperaba un buen ingreso de divisas durante el verano por la cosecha de trigo, que pudiera aflojar tensiones y permitiera cumplir sin apremios la meta de reservas pactada con el Fondo Monetario Internacional (FMI) -que, por otro lado, se redujo de USD 5.800 millones a USD 5.000 millones- la sequía abortó esa ilusión y hay riesgos de que también complique el ingreso de divisas por la cosecha gruesa a partir entre marzo y abril de 2023
En este contexto, y con un acuerdo firmado con el organismo que las autoridades apuestan a cumplir, los analistas proyectan para los próximos seis meses un mayor endurecimiento de las restricciones a la importación y medidas temporales para lograr una mayor liquidación de divisas como fue, durante septiembre, el dólar soja. De hecho, fuentes oficiales admiten que se está negociando una nueva ronda de esa mejora cambiaria para el sector agropecuario y que se podría concretar el mes próximo, pero también aseguran que son necesarias ambas medidas: más liquidaciones pero también más freno a la salida de dólares. Eso generará, aseguran los economistas, un mayor impacto sobre el ya afectado nivel de actividad y más inflación, dos consecuencias que contrastan con los deseos oficiales.
“A unos 40 días del cierre del año, se acerca el momento de cumplir con las metas acordadas con el FMI, en particular, la difícil vara fijada sobre las reservas internacionales netas. En el reporte de la última revisión de cumplimiento llevada adelante por el organismo se mostró un sobrecumplimiento de USD 1.027 millones, en gran parte, debido al dólar soja. Pero desde mediados de octubre, el BCRA acumula ventas netas por USD 1.167 millones, habiendo perdido reservas en 17 de las últimas 26 ruedas”, precisó la consultora Analytica en un reciente informe. En las reudas en que logró comprar, agrega, el promedio fue de apenas USD 7 millones diarios.
Para la consultora que dirige Ricardo Delgado, la meta de diciembre podrá cumplirse, pero no así la de marzo, para cuando el Banco Central debe acumular USD 5.500 millones de reservas netas y debe atravesar un verano complejo en términos de salida de dólares por pagos al FMI fuertes en enero y escasas exportaciones por la mala cosecha fina. Para la firma EcoGo, en tanto, ya será complejo para el Gobierno cumplir con la meta de diciembre, y más aún la de marzo.
“Nuestra expectativa es que el gobierno necesita una medida que aumente la oferta de dólares o reducir las importaciones, faltándole si no, un aproximado de USD 500 millones para llegar a la meta de diciembre. Respecto a marzo, la meta se vuelve mucho más desafiante, ya que en enero el gobierno enfrenta no solo pagos al Fondo, sino también a bonistas y pagos de empresas o provincias. Por otro lado, la pedida de cosecha en el agro (trigo y cebada) complicaría las exportaciones y, por ende, la oferta de divisas”, manifestó el economista Juan Delich, de EcoGo.
Para Federico Furiase, director de la consultora Anker Latinoamérica, el país deberá afrontar en los próximos meses una época en donde la estacionalidad de la cosecha juega en contra, además del shock de la sequía que ya impactó en el trigo y hay riesgos de que impacte también en la gruesa del año próximo. En este contexto, dijo el economista, “las variables de ajuste que tiene el Gobierno son mantener el endurecimiento del cepo a las importaciones, que tiene costos en términos de actividad e inflación, y, por otro lado, seguir con el esquema de tipos de cambio múltiples para tratar de generar alguna oferta coyuntural de dólares, y sin margen para bajar la tasa de interés para controlar la brecha cambiaria”.
El informe de Analytica, optimista para otros economistas y hasta para el propio Gobierno, el déficit de la cuenta corriente entre noviembre y marzo sería de USD 4.800 millones, mientras que la cuenta financiera sería positiva en USD 3.000 millones. Por lo tanto, el BCRA perdería casi USD 2.000 millones de reservas en esos meses, que deberá recuperar por alguna vía.
“Los tenés que recuperar con menos importaciones. Es un número manejable; no es incumplible. Pero la pregunta que nos hacemos es cómo llegamos a abril. Con el actual nivel de actividad, no cumplís con el FMI. Se vienen seis meses de fuerte restricción de las importaciones”, pronosticó Delgado, y agregó: “Massa está enfrentado a un dilema complejo. Cumplir con el FMI requiere ajustar aún más la actividad económica. No hacerlo implicaría soportar la presión del incumplimiento y, en particular, la volatilidad de los mercados financieros en el inicio del año electoral”.
La limitación con la que se encuentra el Gobierno es que comienzan a vencer los pagos de las SIMIS aprobadas a mediados de año con fecha de pago a 180 días. Si bien el cambio de sistema por el SIRA generó un impasse que le permitió al organismo monetario no hacer pagos, ya está funcionando y no sólo hay pedidos cada vez más desesperados por liberar los dólares con plazos de pago más cortos porque está en riesgo la producción, sino que también van vencido los permisos viejos y no hay margen para la prórroga.