Se espera una fuerte reducción del ingreso de divisas por exportaciones, ya que hubo un adelanto récord el mes pasado. El “dólar Qatar” sigue en duda
Mientras el Banco Central sigue aprovechando el remanente que dejó el dólar soja, Sergio Massa prepara los próximos pasos para los meses que vienen que serán de vacas flacas en materia cambiaria. Las divisas que ingresaron las cerealeras aprovechando un tipo de cambio especial de $ 200 implica un adelanto de divisas, que por lo tanto escasearán en este último trimestre del año.
La aspiración, por lo tanto, se reduce a equilibrar el mercado cambiario mes a mes. Es decir que el BCRA no tenga que vender reservas como ocurrió hasta agosto. Y al mismo tiempo acumular divisas a partir de los desembolsos de los organismos.
Las próximas medidas del ministro de Economía pasarán, por lo tanto, por cuidar las más de USD 5.000 millones de reservas que se acumularon el mes pasado, algo absolutamente excepcional. El anuncio que estaba planificado para ayer habría pasado para hoy e involucra nuevas reglas para el mercado importador. Pero sobre todo se busca ponerle un punto final a las cautelares, que obligan al Central a facilitar los dólares a cientos de empresas que presionan a través de amparos judiciales.
El objetivo sería básicamente ordenar a quienes demandan divisas, privilegiando a aquellos que utilizarán las importaciones como bienes intermedios de producción. De la misma forma, se pasará al régimen de licencias no automáticas a una cantidad de productos considerados suntuarios.
Para compensar al menos parcialmente estas restricciones, el propio Massa ya adelantó que alrededor de 21.000 pymes tendrán acceso inmediato al mercado cambiario, en vez de seguir en la fila para esperar los 180 días de espera dispuestos por el Central a fines de junio.
Sucede que muchas de esas empresas quedan en una situación de virtual default comercial, ante la imposibilidad de cumplir con sus proveedores del exterior. Algunas optan por usar recursos propios, pero otras no tienen esas divisas disponibles y entra en incumplimientos.
Además, el ministro también adelantó que a partir de ahora quienes sean autorizados a importar recibirán una fecha cierta de acceso a los dólares a través del mercado oficial. De esta forma, se busca brindarles a las empresas más certezas respecto a cuánto tiempo se verán obligadas a financiar una importación. Esa falta de precisiones está generando desde hace varios meses fuertes remarcaciones, ya que los precios no se fijan según el dólar oficial sino al financiero, ante una incertidumbre creciente sobre el acceso al mercado cambiario.
En forma paralela, mientras se ordenan las nuevas reglas para importadores, Massa anunció ayer nuevos incentivos para los exportadores, en este caso relacionado con las empresas que participan de la “economía del conocimiento”. Al igual que lo resuelto para petroleras y automotrices, en la medida que aumenten las exportaciones tendrán un 30% de ese incremental que será de libre disponibilidad. En otras palabras, no tendrán obligación de liquidar las divisas en el mercado oficial, lo que implica una mejora implícita en el tipo de cambio disponible para exportar.
Al mismo tiempo, las próximas semanas traerán buenas noticias por el lado de préstamos de organismos internacionales. Por un lado el FMI deberá desembolsar unos USD 3.900 millones por la aprobación de metas del segundo trimestre, pero además se sumarán el BID y el Banco Mundial con créditos pendientes de desembolso de la primera parte del año. Esto será clave para acumular más reservas netas, sin necesidad de emisión monetaria y al mismo tiempo cumpliendo con lo negociado con el Fondo para la segunda parte del año.
Queda la incógnita dando vuelta de lo que puede suceder con el “dólar Qatar”. En agosto el saldo de la balanza turística terminó con un fuerte rojo de USD 740 millones y ya acumula U$S 4.600 millones de déficit hasta agosto. Sin embargo, todo indica que se seguirá acelerando el drenaje de divisas hasta fin de año, entre la proximidad del Mundial y las vacaciones de verano. Si bien ya estaba prácticamente definido un tipo de cambio más alto para los que viajan al exterior, por ahora la medida quedó en suspenso porque aún no está claro si sería realmente efectiva para cuidar las reservas.