Por Juan Pablo Peralta desde Casa Rosada
El presidente Alberto Fernandez fue a Tucumán para inaugurar, junto al gobernador Juan Manzur, el edificio de Bioquímica, Química y Farmacia de la universidad nacional de esa provincia. En su discurso defendió a la educación pública con criticas, en esa materia, al gobierno anterior. Adelantó que volverá a formar alumnos en la UBA y aseguró que se va del cargo con una enorme tranquilidad con la cantidad de obras públicas que deja, especialmente en el norte argentino, donde aseguró que está el futuro.
En el mismo tono electoralista, Sergio Massa con la titular de la ANSES, Fernanda Raverta, anunció la posibilidad de que los jubilados tengan créditos hasta 400 mil pesos, a pagar en 48 cuotas y con el 29 por ciento de interés. Los que cobren la Pensión No Contributiva podrán acceder a prestamos de hasta $150 mil.
El ministro de Economía recordó su paso por ese organismo y el haber iniciado el proceso de moratorias que, afirmó, los que le quitaron el 13% de las remuneraciones a los adultos mayores siguen criticando. Mientras el jefe de Hacienda hablaba, el dólar blue trepaba al borde de los $500, y los financieros también sufrían subas. En ese contexto, el precandidato presidencial de Unión por la Patria señaló que el jubilado no compra dólares ni timbea con las acciones. Reconoció que hay problemas por resolver, pero en el medio de la campaña, aseguró que su gestión va para adelante con firmeza y coraje. Desde el Palacio de Hacienda se circula el rumor de un posible cierre del acuerdo con el FMI, que en rigor de verdad, se trata de más deuda para la Argentina. Hablamos de un desembolso de unos u$s4000 millones. Las mismas oficinas de Yrigoyen 250 desmienten que Massa vaya a dejar el cargo para dedicarse a la campaña. Ocurre que hay presiones internas que tienen como objetivo que el tigrense deje en su lugar a su segundo, Gabriel Rubinstein, y se despegue de la economía, con la finalidad de evitar el desgaste en los meses por venir de cara a los comicios.