Agredieron a un policía en un operativo.

Un joven con prontuario de robos, se negaba a la demora después de causar disturbios cerca de la casa. Su padre atacó a un sargento pegándole con un palo en la cabeza y después quiso sacarle la escopeta. El efectivo participaba de un mega despliegue de seguridad.

Un efectivo de la Policía de Corrientes fue agredido a golpes de un palo cuando participaba de un importante despliegue de prevención en la zona sur de la capital provincial.

El autor del ataque fue el padre de un joven de extenso prontuario criminal que se negaba a la demora después de ocasionar disturbios en la vía pública.

Además de pegar en la cabeza de un sargento con el objeto contundente, forcejeó con el uniformado tratando de sacarle una escopeta al punto tal de caer ambos al piso y en esa circunstancia el arma de fuego resultó dañada en la culata.

El incidente no terminó en tragedia gracias a otros efectivos, al uso del casco de seguridad y a la destreza que demostró el policía blanco del ataque.

El sargento Roberto Carlos Pereyra, miembro del Grupo de Intervención Rápida (GIR), de todas maneras sufrió una lesión en el pómulo derecho y parte de la mejilla.

Fuentes de la institución mencionaron que el episodio fue registrado alrededor de las 10:30 en avenida Cuarto Centenario, entre Neuquén y Río Negro del barrio Pío X.

Ricardo Orlando A., alias “Chuky”, de 26 años, estaba en ese lugar protagonizando desmanes, molestias a transeúntes y a los propios vecinos.

“Chuky” cuenta con una catarata de malos antecedentes, la mayoría vinculados a robos, hurtos y agresiones.

En el instante que efectivos del GIR llegaron para “proceder a su demora”, desde un domicilio cercano salió su padre, identificado como Daniel Osvaldo A., de 41 años, con un palo en la mano para tratar de frustrar el procedimiento.

El hombre comenzó a insultar a los policías hasta que arremetió a golpes contra el sargento Pereyra.

Uno de los palazos impactó en la cabeza del efectivo que para su fortuna llevaba el casco de seguridad colocado. Aún así resultó lastimado.

Pereyra reaccionó para contener a su agresor y este, según la versión policial, no cesó en el ataque al punto de agarrar la escopeta que portaba el sargento.

En ese momento, ya cuando otros efectivos intercedieron, los dos cayeron al piso y se rompió una parte de la culata del arma de fuego.

“Luego de forcejeos y la utilización de técnicas de reducción, logró detenerse al hombre” acusado de atentado y resistencia a la autoridad.

Valentía

El sargento Pereyra tiene una foja de servicio en la que resaltan las agresiones a las que quedó expuesto en los últimos años trabajando en el GIR.

En una ocasión fue herido de un balazo, en otra oportunidad atacado con disparos de una escopeta tumbera; sufrió impactos de cascotes y ahora el palazo en la cabeza.

El suceso de mayor gravedad lo vivió, en agosto de 2020 en el asentamiento del barrio Virgen de los Dolores.

Junto a varios compañeros intervinieron en una batalla campal de patotas y fue alcanzado de un tiro en la pantorrilla izquierda por parte de un peligroso maleante, atrapado días después.

En mayo de 2023, un joven provocó disturbios en el barrio Patono, lastimó a algunas personas y cuando estaba encerrado en su casa efectuó disparos con un arma de fuego de elaboración casera.

Durante la ocasión Pereyra tuvo a un “Dios aparte”, porque increíblemente ninguno de los proyectiles dio en su humanidad pese a estar en la línea de tiro.

Luego de zafar del disparo concluyeron en la detención del joven que cometió la agresión.

En otra oportunidad Pereyra quedó en medio de una “lluvia” de piedras en el barrio Galván, adonde estaban en persecución de un arrebatador. Pese al dramático operativo salió con golpes leves. Por último, entre sus “anécdotas”, lo sucedido ayer.

Mega despliegue

Ayer, a la mañana, se produjo un dispositivo de prevención en numerosos barrios que componen la jurisdicción de la comisaría seccional Séptima: Cacique Canindeyú, Doctor Nicolini, parte del Pío X, Juan XXIII, Islas Malvinas, General San Martín.

Junto a la comisaría nombrada actuaron las distintas divisiones y grupos dependientes del Departamento de Distritos Policiales y Unidades Operativas: Comando de Patrulla, GIR y los diversos GRIM.

“Los trabajos, planificados oportunamente, consistieron en controles esporádicos y sorpresivos, identificándose a varias personas y efectuando el control de diferentes rodados bajo la supervisión del subjefe de la institución, comisario general Walter Aceval”, informó la Policía a través de su Departamento de Relaciones Institucionales.

Decenas de motocicletas incautadas por falta de documentación y demora de personas, a raíz de distintos motivos, fue el saldo del despliegue que “se repetirá sorpresivamente” en cualquier parte de la ciudad, adelantaron.

La intención tiende a disminuir los delitos callejeros.

Fuente: Diario Época.

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