La Policía detuvo a un hombre sindicado como responsable de la actividad ilegal. Una mujer fue demorada como testigo sospechosa. En el domicilio hallaron droga fraccionada y un poco menos de 10 millones de pesos en efectivo que serían producto del ilícito.
Como resultado de una investigación que demandó algunas semanas la Policía allanó una vivienda donde comercializaban clorhidrato de cocaína al menudeó. En el domicilio detuvieron al principal sospechoso, demoraron a una mujer e incautaron dosis de la sustancia, aparte de una suma de dinero en efectivo cercaba a los 10 millones de pesos.
El procedimiento se produjo el miércoles a la noche en calle Santo Domingo al 2200 del barrio Unión, a media cuadra de una canchita de fútbol que frecuentan menores y adolescentes.
Detectives de la Dirección General de Drogas Peligrosas y Crimen Organizado, con apoyo de la División de Policía Alto Riesgo (PAR), irrumpieron en el inmueble situado entre calles Gobernador Goitia y Gobernador Loza.
De acuerdo a fuentes oficiales, en la vivienda redujeron a un joven de 26 años señalado como principal responsable en la actividad ilícita.

Sin tiempo a darse a la fuga o intentar algún tipo de resistencia le colocaron las esposas, informaron sobre el proceder con orden de la Justicia Federal y luego de ser hallada la droga le comunicaron formalmente la imputación en relación a una causa de Infracción a la Ley de Drogas.
Anteanoche, en forma coordinada, policías de Drogas Peligrosas y la PAR llegaron de forma sorpresiva a la casa de dos plantas, a la cual accedieron con permiso judicial.
En el interior del inmueble encontraron, tal como presumían, varios envoltorios de cocaína, recortes de polietileno y elementos para el fraccionamiento de la droga.
Pero lo más llamativo fue la significativa suma de dinero en billetes de distinta denominación, un total de 9.689.190 pesos.
Durante el registro en cada una de las dependencias secuestraron doce teléfonos celulares marcas Samsung, Motorola, iPhone y Nokia. Aparte una computadora tipo Notebook y dos cámaras de vigilancia.
El joven investigado quedó imputado a disposición del Juzgado Federal número 1.
Según las fuentes, en el lugar funcionaba lo que se denomina como un “kiosco” de drogas en la jerga policial.
La comercialización de bolsitas con droga, al parecer, ocurría a cualquier hora del día.
Personas de distintas edades, incluidos menores, concurrían a buscar dosis de la sustancia ilegal.
Los movimientos eran evidentes y en la cuadra la situación delictiva sería un “secreto a voces”.