Rosana Artigas, la mujer que el viernes pasado fue encontrada asesinada dentro de un tacho sumergido en las aguas del río Limay murió por una “asfixia mecánica por estrangulamiento”. Para la Justicia de Neuquén, la expareja de la víctima, quien se encuentra detenido por el hecho, no aceptaba la separación y planeó el crimen cuando se enteró que ella había iniciado una nueva relación.
Según reconstruyó una fuente cercana a la causa en diálogo con LM de Neuquén, el 23 de noviembre pasado el acusado, José Fernández, pasó a buscar a Rosana por su casa y la llevó a la suya. Allí la atacó por la espalda, le pasó una cuerda alrededor del cuello y apretó hasta matarla.
Después, ocultó el cuerpo de la mujer adentro de un tacho que había pasado a buscar el día anterior por la casa de un conocido. Este detalle, para los investigadores, es un indicio de que Fernández actuó con premeditación para cometer el femicidio.
A las 10.52 apagó el celular de la víctima, lo descartó, y salió a hacer algunas compras antes de pasar a buscar a su mamá por un centro de día para jubilados para llevarla a la casa de su hermano.
Después volvió a su domicilio y colocó dentro del tacho donde estaba el cuerpo de Rosana una capa de 10 centímetros de cemento, un peso necesario para que se hunda. También trató de incinerar la evidencia pero sólo logró quemar parcialmente los pies, piernas y glúteos de la mujer. Por último, cargó el tacho en la caja de su camioneta y lo trasladó a la zona de China Muerta, donde lo arrojó a las aguas del Río Limay.
En referencia al hallazgo, el fiscal Agustín García señaló que cuando retiraron el tanque del agua, dentro de mismo había “un colchón inflable, desinflado, y se alcanzaban a ver los dedos del pie”, de una persona.
A partir de esto, el contenedor fue trasladado al laboratorio forense donde se procedió a su apertura y se constató que en su interior estaba el cuerpo de la mujer que se encontraba desaparecida.
Más tarde la autopsia determinó que la causa de la muerte de Artigas fue “una asfixia mecánica por estrangulamiento que se hizo con un lazo, tanto por las marcas y porque, además, había una cuerda en el cuerpo”,