Los padres del joven asesinado, una de las víctimas de la balacera en el barrio Santa Teresita, en diálogo con la prensa, hablaron de lo sucedido aquella madrugada del 21 de enero y de la convocatoria en pedido de justicia por su hijo.
Graciela Gómez, madre de Lucas Romero, una de las víctimas del brutal ataque que sufrió él junto a un grupo de jóvenes por calle Juan José Castelli al 2100, sostuvo una conversación con el móvil de diario época, que se acercó al lugar para consultarle lo que ocurrió esa fatídica madrugada.
En el lugar donde ocurrió el hecho de sangre, Graciela empezó su relato de lo acontecido ese 21 de enero: “Esa noche ellos festejaban un campeonato de fútbol que ganaron con los chicos”, introdujo para continuar diciendo: “Aproximadamente a eso de las 4:50, entra el auto de la familia Alarcón, bajan los asesinos y les disparan a mi hijo hasta rematarlo”.
Al consultar sobre las causas que desencadenaron tal escenario, respondió: “Mi hijo (Romero) lo único que hizo fue pegarle a Osito Alarcón, que no se bancó la paliza y, por cobarde, vino y lo mató. No es la primer muerte que tiene encima, esta persona siempre anda armada”, exclamó Graciela.
Gómez apuntó contra la progenitora de Alarcón: “A Roxana Vigo le digo que me debe un hijo, al padre le dicen gitano y es el autor intelectual de este asesinato. Hoy todos ellos están libres”.

En relación sobre si sentía temor, dijo: “Con mi hijo muerto me hacen un favor si me matan, pero yo no les tengo miedo”, enfatizó. “Ellos continúan por la ciudad como si nada, todo el mundo los ve y nadie los detiene. La Policía nos niega cualquier orden de detención, pareciera que nos persiguen a nosotros, porque vamos a denunciar y ellos se nos ríen en la cara, les pedimos protección y se nos burlan, es evidente que la Policía nos odia”, se lamentó. Graciela destacó que “la fiscal Sonia Meza es la que lleva la causa y hasta ahora nos está dando garantías y nos sentimos acompañados”, finalizó.

Manifestación en pedido de justicia
Durante la tarde, a las 17, familiares y amigos de Lucas Romero y de Nahuel Rodríguez (“Cachorro”) se congregaron para pedir a las autoridades celeridad en la búsqueda de los autores de estos asesinatos.

Un número nutrido de allegados cortaron el tránsito sobre Cazadores Correntinos y calle Castelli, en un pedido por justicia por estos homicidios. Luego se trasladaron al lugar donde amigos confeccionaron una ermita conmemorativa a modo de santuario con las imágenes de los dos jóvenes ultimados.