La Policía busca a Adrián Daniel Derderian, un hombre de 40 años acusado de matar a su madre de 66 años y a su hermana de 30 quienes fueron halladas asesinadas con heridas de arma blanca producidas con una “katana” en una vivienda de la localidad bonaerense de General Pacheco, partido de Tigre.
El perfil de Derderian en redes sociales revela una serie de aspectos perturbadores. Además de publicaciones que sugieren una inclinación hacia contenido pornográfico y erótico, se encuentran imágenes que refleja obsesión por la violencia y la muerte, con representaciones de calaveras, tigres y leones ensangrentados.
Bajo el nombre “Dariel”, que significa “León de Dios”, se autodefine como “amante de las mujeres” y se presenta como alguien “muy arrogante”.
Según informes proporcionados por fuentes cercanas al caso, Derderian es conocido por su fanatismo por las artes marciales y se menciona la posibilidad de que pueda estar lidiando con problemas de salud mental. Los motivos detrás de este crimen parecen estar relacionados con disputas familiares, específicamente, un conflicto surgido por la venta de un terreno.
Las pruebas encontradas en la escena del crimen apuntan directamente hacia Derderian como el perpetrador. En su propiedad, se halló la espada samurái que se utilizó para cometer los homicidios, la cual será sometida a análisis para confirmar la presencia de ADN correspondiente a las víctimas.
Así fue el doble crimen de General Pacheco
El hecho fue descubierto el domingo en una casa situada en la calle D. Aguado al 600, en el cruce con Salvador María del Carril, en jurisdicción del mencionado distrito de la zona norte del conurbano.
El hallazgo sucedió tras un llamado al 911 y fue realizado por personal de la comisaría 2da. de Tigre.
Al ingresar al inmueble, los efectivos encontraron en el patio de la vivienda el cuerpo de Elsa Margarita Suárez (66) y de su hija Sofía Elsa Aurelia Chaparro (30), quienes hacían trabajos de costura y arreglo de ropa.
Según las fuentes, ambos cadáveres estaban vestidos, cerca uno del otro, y tenían heridas de arma blanca y golpes en la zona del cráneo y el cuello.
En el caso de Chaparro tenía lesiones de defensa en los brazos y sus manos, pero su madre no, por lo que ésta última pudo ser atacada de manera imprevista.
Los peritos hallaron una “katana”, una espada de origen japonés, con sangre y pelos de las víctimas, en el interior de una vivienda precaria que funcionaba como un galpón, situada en la parte trasera del terreno, y sospechan que esa pudo ser