Un experto alerta sobre los riesgos de las apuestas en línea para los menores

La cadena que suele ser tentadora para adolescentes que buscan ganar dinero fácil. La edad de iniciación promedio es a los 15 años, pero se reciben consultas por chicos de 12 años.

Las apuestas en línea están en auge y atrapan a los menores de edad por su fácil acceso a plataformas de casino y juegos asociados a billeteras virtuales por las que se moviliza el dinero. Lo ratifica en el sitio ciberseguridadlatam su director, Daniel Monastersky, quien a su vez está al frente del Centro de Estudios en Ciberseguridad de la Universidad del CEMA (CECIB).

Advierte que la adicción no sólo se incuba en la adrenalina que produce en los jóvenes la participación continua en juegos que ponen a prueba su capacidad para conquistar éxitos, sino que se forma una cadena de intermediación que recibe el nombre de “cajeros”.

Son a menudo compañeros de escuela que unen los eslabones que conducen a los casinos en línea y sitios de apuestas.

Un sistema que no es nuevo, porque funciona como el de los antiguos pasadores de quiniela de la era analógica, que conectaba con los quinieleros zonales y a estos con los capitalistas.

Estos “cajeros” modernos recaudan el dinero en colegios, clubes, y a su vez lo destinan a los sitios de apuestas por lo que reciben una comisión.

La cadena que suele ser tentadora para adolescentes que buscan ganar dinero fácil. El precoz manejo de dinero, en general por fuera del control de los mayores, los libera a consumir alcohol o estupefacientes.

ZONA LIBERADA 

La legislación argentina no lo prohíbe y las regulaciones únicamente alcanzaron a la publicidad de las casas de juego en los medios, aunque la imagen estampada de las camisetas de los grandes clubes de fútbol con las inscripciones sin tapujos se reproduzcan públicamente.

La edad de iniciación promedio es a los 15 años, pero psicólogas y psiquiatras especializadas en adicciones están recibiendo consultas por chicos de 12 años.

El Global Online Gambling Market aporta cifras sobre este fenómeno, que es mundial y crece a pasos agigantados: en 2020 los juegos de azar online recaudaron 65.316 millones de dólares y se proyectan cerca de 130 mil millones para 2027. En España se estima que el 10% de los apostadores por internet son menores de edad.

Actualmente, existe en la red digital una variada oferta de plataformas de apuestas deportivas, casinos en línea, póker virtual y otras formas de juego, disponibles con solo unos pocos clics.

El acceso irrestricto de los adolescentes y los jóvenes, que se encuentran en una etapa crucial de su desarrollo, los torna vulnerables a ser cooptados por ese universo, debido a que “están experimentando una serie de cambios físicos, emocionales y psicológicos, y durante el período de transición de la infancia a la adultez los chicos se enfrentan a una serie de desafíos únicos que los hacen especialmente vulnerables a desarrollar problemas de ludopatía””, explica Verónica Dobronich, cofundadora de Gimnasio de emociones.

Y alerta: “La falta de supervisión por parte de adultos y la disponibilidad de dispositivos electrónicos conectados a internet pueden exponer a los jóvenes a una amplia gama de experiencias en línea, incluidos los juegos de azar, sin las restricciones adecuadas”.

Exhorta a las escuelas, los padres y los profesionales de la salud a trabajar juntos para educar a los jóvenes sobre los riesgos del juego en línea y promover hábitos de juego responsables desde una edad temprana.

La vulnerabilidad de los adolescentes y jóvenes frente al juego en línea es el resultado de una interacción compleja de factores individuales, sociales, económicos y culturales.

“Es fundamental abordar estos factores de manera integral y proporcionar educación, orientación y apoyo adecuados para ayudar a los jóvenes a desarrollar habilidades de afrontamiento saludables y tomar decisiones informadas sobre su participación en actividades de juego en línea”, reflexiona Dobronich.

Recomienda en consecuencia que se brinde apoyo y tratamiento a aquellos jóvenes que ya están luchando contra la adicción al juego.

Los programas de intervención deben incluir terapia individual y familiar, así como el acceso a grupos de apoyo donde los jóvenes puedan compartir sus experiencias y recibir ayuda de personas que comprenden su situación.

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