Una vecina que conocía a la familia aseguró que Emeli Yamila Espinoza ya había denunciado a su pareja por violencia de género. El agresor se disparó a sí mismo tras cometer el crimen y murió en el hospital.
Mientras avanza la causa que investiga el femicidio de Emeli Yamila Espinoza Moreno, empiezan a conocerse detalles de una relación marcada por la violencia y los celos enfermizos del asesino. El policía de la provincia de Neuquén mató a su pareja de un disparo en la cabeza y luego se suicidó.
En diálogo con La Mañana de Neuquén, Eugenia, vecina y allegada a la familia de la víctima, sostuvo que Espinoza y el femicida, Juan Jesús Gabriel, estaban separados desde hace un tiempo pero ella “le tenía miedo”, por lo que seguía conviviendo en la misma casa.
Aún así, agregó la mujer, la víctima había llevado a su hermano a vivir con ella para sentirse más protegida. “Es lamentable lo que sucedió, acá la gente está muy conmocionada. Los vecinos piensan que con el viento y todo, ella habrá pedido ayuda y no la escucharon, dicen que cuando escucharon el disparo, pensaron que era una chapa”, relató.
Al parecer, Juan aprovechó un momento en el que su cuñado salió de la casa para ir a visitar a su madre, que vive a pocas cuadras de distancia de su casa, para atacar a su expareja y madre su hija, de apenas un año y medio.
Por otro lado, la misma vecina señaló que habría al menos una denuncia previa por violencia de género por parte de la víctima contra el femicida, quien “era muy celoso”. Inluso, Espinoza “ya había pedido custodia policial”.
El femicidio
El hecho ocurrió el viernes cerca de las 17 en una casa ubicada a metros de la esquina de calles Moritán y Chimpay, en el oeste de la provincia. En base a la reconstrucción, Juan, de 30 años, baleó a Emeli en la cabeza y la mató en el acto.
Después de cometer el femicidio, se disparó a sí mismo en un intento por quitarse la vida pero, al llegar la policía, lo trasladó de urgencia al hospital más cercano. Sin embargo, el daño era irreversible y murió pocas horas después.