ADVERTENCIA DE LA IGLESIA A MILEI: “EL HÁBITO DE ODIAR CORROMPE A LA ARGENTINA”

(Pablo Roma/ Corresponsalia Buenos Aires) – En una contundente homilía durante el Tedeum del 25 de mayo, el Arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuervas, arremetió contra el discurso de odio promovido por el presidente Javier Milei. En el acto, que contó con la presencia del mandatario junto a su hermana y otros ministros, García Cuervas llamó a la unidad nacional y expresó su preocupación por la situación actual del país, afirmando que “la Argentina de hoy tanto nos duele”.

El Arzobispo destacó el esfuerzo titánico que está haciendo la ciudadanía y criticó severamente a los senadores y funcionarios gubernamentales por sus autoaumentos de sueldos, comparándolos con los fariseos del Evangelio que conspiraron para matar a Jesús. “Nuestra gente está haciendo un esfuerzo muy grande y nosotros no podemos hacernos los tontos”, enfatizó García Cuervas.

Además, el líder eclesiástico instó a cerrar la grieta política mediante el diálogo y la inclusión, en lugar de la confrontación ideológica. “No es lo mismo unirse que ser cómplice del mal con el solo ánimo de destruir al otro creyendo que cuanto peor, mejor”, señaló, subrayando que el odio es un terremoto que impide que la sociedad se ponga de pie.

La homilía también abordó la doble vara que, según García Cuervas, prevalece en el clima partidista actual. “El odio priva al cuerpo social contra la fragmentación social, rédito de los saqueadores de turno”, agregó, apuntando claramente hacia las actitudes y el discurso oficial promovido por el presidente Milei y su gobierno.

El Arzobispo cerró su mensaje alertando sobre los peligros del odio y la necesidad de mirar a los demás a los ojos, reconocer errores y promover una esperanza inclusiva. “El odio es un sismo que no nos permite ponernos nunca de pie”, concluyó, subrayando la urgencia de abordar la pobreza y la desigualdad que afectan a la población argentina.

La homilía de García Cuervas resonó fuertemente en el ámbito político y social, reflejando la creciente preocupación de la Iglesia por el tono divisivo y confrontacional del actual gobierno.

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