(Corresponsalia Buenos Aires) – Tras el naufragio político representado por el rechazo en el Congreso de la ley ómnibus, surge un intenso debate sobre el futuro de la alianza y una posible reconfiguración del gabinete.
El revés legislativo no solo fue una derrota en el terreno parlamentario, sino que desencadenó una batalla política en la que Javier Milei se enfrentó directamente a los gobernadores de todas las afiliaciones partidarias, arrastrando a legisladores y funcionarios. Este retroceso nos lleva a recordar los días agitados previos a la asunción presidencial, cuando en el Hotel Libertador se gestaba el gabinete entre idas y vueltas.
“Por el momento no hay novedades; se esperan definiciones a la vuelta del Presidente”, expresaron desde el Gobierno ante las consultas sobre los avances en un posible acuerdo con el PRO. Mauricio Macri, quien ha estado activo al menos en las redes sociales (donde Milei se desenvuelve con seguridad), retoma las negociaciones de aquellos días previos a la despedida de Alberto Fernández, presentándose como un garante de la gobernabilidad. En el Congreso, donde se acelera la conformación de una alianza que otorgaría a la Casa Rosada un bloque de 80 diputados, la colaboración entre PRO y LLA se ha hecho evidente, siendo el PRO el único partido que respaldó unánimemente el megaproyecto que finalmente fracasó.
El posible regreso del macrismo al Ejecutivo está nuevamente sobre la mesa, pero nada está confirmado. En el PRO, hay temor a asociarse a un eventual fracaso si el Gobierno no logra enderezar el rumbo. Sin embargo, en el Gobierno existe la reticencia a regalarle al PRO una eventual victoria, especialmente después del enfrentamiento directo con la oposición y la decisión de acelerar medidas de ajuste lideradas por Milei. Desde la Casa Rosada señalan que es necesario ceder algo.
En este escenario de integración, surge una disputa entre Santiago Caputo y Karina Milei. Además, quedan vacantes posiciones clave en Anses y Minería, luego de la salida de funcionarios que respondían a gobernadores como Martín Llaryora y Gustavo Sáenz, señalados por Milei como “traidores”. Si bien el recambio en el gabinete era esperable, no se preveía tan pronto. Estas posiciones vacantes son ahora poco atractivas para los potenciales candidatos.
Por otro lado, el PRO debe definir el próximo mes sus nuevas autoridades. A pesar de un fuerte apoyo para que Mauricio Macri retome el liderazgo del partido, existen resistencias internas, especialmente por parte de Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. Larreta ha cuestionado a Milei por su negativa a buscar consensos. Además, el partido cuenta con dos gobernadores, Ignacio Torres y Rogelio Frigerio, quienes se han mantenido al margen de las elecciones internas y buscan más cercanía con la liga de gobernadores de Juntos por el Cambio que con la dinámica del PRO. En este contexto, ambos líderes provinciales ven necesario ampliar el espacio político.