(Pablo Roma, Congreso Nacional) – En medio del escrutinio público y la atención nacional, la figura del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, se ha visto envuelta en una tormenta política por presuntas irregularidades en la conformación de la Comisión Bicameral de análisis del Mega DNU de Javier Milei. Este episodio ha resaltado tensiones internas y suscitado debates sobre la transparencia y la equidad en el proceso legislativo.
El punto focal de la controversia se centra en la sesión preparatoria de diciembre, cuando se dieron los primeros pasos hacia la formación de las comisiones parlamentarias. Tras la elección y asunción de las autoridades, se sometió a votación la estructura de las comisiones, tanto en cuanto a su composición como al momento adecuado para su conformación.
En ese contexto, el pleno de diputados optó por una distribución proporcional mediante el sistema D’Hondt, asignando a Unión por la Patria el 40% de las presidencias y garantizando que las comisiones contaran con un 40% de miembros de dicho bloque.
Sin embargo, las tensiones surgieron cuando se procedió a conformar la Comisión Bicameral de Seguimiento de Trámite Legislativo, conocida también como la Bicameral del DNU. La presentación de la lista por parte del Bloque Unión por la Patria fue seguida de controversia, ya que el presidente de la Cámara, en aparente desacato a la voluntad del plenario, dilató el proceso de conformación.
La causa de la discordia radica en la asignación de representantes. Siendo Unión por la Patria el bloque mayoritario con 99 miembros en la Cámara, se esperaba que tuviera cuatro representantes en la Comisión Bicameral. Sin embargo, la decisión unilateral del presidente Menem resultó en la incorporación de tres miembros de dicho bloque, desviándose del mandato establecido por el pleno.
Por otro lado, el partido La Libertad Avanza, con 34 miembros después de recientes exenciones, se vio afectado por una asignación arbitraria por parte del presidente Menem, quien otorgó dos lugares en la Comisión Bicameral cuando, según la proporción establecida, solo le correspondía uno.
El resultado final fue la conformación de la Bicameral con cuatro senadores de Unión por la Patria y tres diputados del mismo bloque, mientras que la equidad propuesta por el sistema D’Hondt no se reflejó en la composición real.
Este episodio ha suscitado críticas de diversos sectores políticos y de la sociedad en general, quienes demandan transparencia y apego a las normativas establecidas para garantizar la representatividad y legitimidad de las instituciones legislativas.
La presión sobre Menem y la necesidad de una respuesta clara ante las acusaciones de irregularidades han puesto a prueba la fortaleza del sistema democrático y la confianza en las instituciones.